Mérida, Marzo Sábado 22, 2025, 08:36 am
Este domingo, día de nuestra Señora del Monte Carmelo, celebramos el día
del niño, celebración que tiene como objetivo el fomentar la fraternidad entre
los niños y las niñas del mundo, reafirmando el compromiso de la humanidad
entera en garantizar sus derechos e igualdades, además de colocar de relieve la
familia, como pilar fundamental que asegura la formación integral y la plenitud
de vida de todos los pequeños del mundo.
Fueron las Naciones Unidas que aprobaron la Declaración de los Derechos del
Niño en 1959, junto a la firma de los países del mundo, líderes religiosos, ONG
y otras instituciones, con la firma de la Convención sobre los Derechos del
Niño del 20 de noviembre de 1989. Fechas memorables en las que cada año se
celebra, cada tercer domingo de julio con el objetivo de alentar que se
reconozcan los derechos de los niños y niñas, así como el resguardo de su
integridad como seres humanos.
La idea de proteger los derechos de los niños surge luego de la Primera
Guerra Mundial, que deja entre sus secuelas, un alto índice de infantes
huérfanos. La Asamblea General de las Naciones Unidas recuerda que los niños
son el grupo más vulnerable de la sociedad, debido a que están comenzando a
vivir y no cuentan con la experiencia necesaria para afrontar las dificultades
que se le pudiesen presentar.
También el Papa Francisco habla de la sociedad del descarte, como expresión
de la injusticia social, en la que están presentes tantos niños, empezando por
el mismo hecho de descartar su nacimiento; niños que son seres humanos con un nombre, con un rostro propio, con una
identidad que Dios les ha dado y ante los que cuales los adultos no podemos
cerrar los ojos, dice el Santo Padre.
En Venezuela, la celebración se inició el 29 de agosto de 1990, cuando se
promulgó la Ley Aprobatoria de la Convención sobre los Derechos del Niño, para
brindarles protección social y jurídica a los niños, niñas y adolescentes.
Desde entonces es costumbre que para esta fecha se festeje en cada
comunidad a los más pequeños de la casa; junto con actividades recreativas,
formativas y de fomento del cuidado de los menores.
También la Iglesia Católica con su Sistema de Monitoreo, Alerta y Atención en Nutrición y Salud (Saman) de Cáritas Venezuela, permite recopilar
información de las realidades nutricionales de los infantes menores de 5 años,
madres lactantes y embarazadas, así como brindar respuestas para esta
población. Además de brindar suplementación y seguimiento nutricional,
formación alimentaria a los familiares, encuesta a los hogares de los niños,
niñas y madres beneficiadas, junto al enorme desafío que todo niño tenga
el derecho a nacer de padres sanos, a conocerlos y crecer con dignidad, con calidad
de vida, salud y educación pero, sobre todo, con el amor que los hace plenos y
felices en verdad.
Estamos llamados a escuchar de Jesús la invitación “hacerse como niños”
para entrar en el Reino (Mt 18,2-6), vivir como inocentes a toda maldad, en una sociedad donde lo que
prevalece muy a menudo es el “abrirse paso a codazos sea como
sea”, y a la luchar sin cuartel unos contra otros, esas palabras de
Jesús suenan como verdadero compromiso por la vida y por la paz.
El que se hace como niño no vive en el engaño, ni en la falta de honradez, odio,
insulto y toda clase de maldad e inmoralidad. Más bien cuando se es como un
niño lo que se refleja una vida según el Espíritu de Dios.
Un niño es tardo para la ira, todo lo comparte sin importar con quien, no
guarda rencor, es feliz con los pequeños detalles de la vida, confía en sus
padres y por eso no se desespera por nada, disfruta de cada momento que le
brinda la vida, sabe adaptarse en cualquier ambiente y siempre tiene ese
espíritu aventurero de conocer todo lo nuevo y nunca darse por vencido hasta
lograr lo que se quiere.
Como dice el poeta: “Si todavía conservas la capacidad de asombro y de vez
en cuando una sonrisa ingenua se esboza en tu rostro, si aún juegas inocente
cuando nadie te mira, si crees todavía en hadas y duendes y piensas que el
mundo necesita héroes, si buscas refugio en brazos de madre -o en su memoria- si
eres aún de pan y de leche… ¡No has dejado de ser niño! ¡Conserva tu risa, no
vendas tu asombro, vive con el niño que todavía aplaude salta y se ríe y entierra
tesoros...! y ¡Cree en milagros!”.
Mérida, 16 de julio de 2023