POR EL MEDIO

¡Sin ganas de escuchar radio..! por Giovanni Barboza

El profesor Earle Herrera, escribió un libro titulado “El que se robó el periodismo, que lo devuelva”, yo creo que lo mismo ha pasado con la radio en Venezuela. El ejercicio de la radiodifusión, parece haber perdido la brújula, y quienes se dicen “productores”, serían los primeros implicados en la desaparición de la “buena radio”, aunque mantengo la esperanza que alguien se las arrebate de las manos, porque no creo que tengan ganas de devolverla.

 En las escuelas de comunicación, de manera clásica y resumida, se le indica a los estudiantes que los medios de comunicación tienen tres funciones básicas: educar, entretener e informar. Lamentablemente, esta filosofía se pierde en el quehacer cotidiano y en la mercantilización del ejercicio periodístico, más aún, es inexistente en quienes nunca estudiaron comunicación y son los que abundan en los medios.

Pero concentrándonos en la radio, allí la locura se ha hecho ley, la piratería, la falta de producción, la invasión de los  que logran un “PNI”, y los locutores piratas (sin PNI ni nada, de nada), se han robado la posibilidad de hacer radiodifusión con los más básicos elementos: educar, entretener e informar.

Por una parte, el entretenimiento se quedó “enjaulado” en la música, elemento que ocupa el mayor porcentaje de la diaria transmisión de las emisoras de radio, y la cual es manoseada por “animadores” o “conductores”, que no tienen la más mínima idea de convertir a la música en un elemento educativo, a pesar de que la Ley de responsabilidad social en radio, televisión y medios electrónicos, establece elementos bien interesantes para orientar el tema, pero, está referida ley es “letra muerta”.

Y si la música, para mí, es tan importante, podemos tener ejemplos maravillosos de personales como Ramón Sosa Pérez, Libio Arcángel Peñaloza, Francisco Sosa y su programa “La voz de Venezuela digna”, y, lamentablemente, una pequeña lista de personajes a quien respeto por su trabajo en la radiodifusión merideña, quienes demuestran y demostraron la importancia de la música como elemento educativo.

Por otro lado, algunos de mis colegas, asumieron programas “de opinión” o “noticieros” pensando que esta es la única forma de “informar” en radio, esta es una visión muy singular y común, que cada día, más y más periodistas esperan lograr un espacio en radio, para repetir esta reducida visión de la fortaleza de la radiodifusión.

En cuanto al elemento educativo, parece que sólo es un privilegio de “Fe y Alegría”, emisora (o circuito de emisoras) que se echó al hombro la idea de la educación por radio, a través de un instituto radiofónico que llegó a configurar una alianza maravillosa llamada Asociación Latinoamericana de Educación Radiofónica (Aler).

Por mi parte, yo creo que los tres elementos referidos desde el principio (educar, entretener e informar) son ingredientes de una fórmula exitosa para la radiodifusión, y así lo he demostrado con mi programa “La gaita y su gente”, a lo cual debo mucho el apoyo de mi hermano Rommel Freitez que por varios años ha sido el productor del programa. Por cierto, “La gaita y su gente”, conformó el “Circuito radiofónico gaitero de los Andes”, donde se sumaron más de 30 emisoras merideñas y tres radio web para su retransmisión, lo que implica la pretensión de un trabajo que se hace con los más exigentes criterios de calidad.

Netamente cierto es que “cada pulpero alaba su queso”, pero en los talleres de Producción y Locución radiofónica que imparto, explicó cómo hacer radio con “calidad”, y de allí me complace escuchar a algunos de mis alumnos haciendo programas de radio y blindando su ética para no caer en abismo de la mediocridad.

 Lcdo. Giovanni Barboza / CNP 6640 / giovannibar@gmail.com