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Ramón Querales, el hombre que peleaba con las palabras por Orlando Oberto Urbina

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Ramón Querales, el hombre que peleaba con las palabras por Orlando Oberto Urbina


bajarigua@gmail.com

 

 

La vida es corta para descansar, la vida no me puede conseguir dormido.

Ramón Querales

¿Quién no conoció al cronista y poeta de las andanzas históricas? Fue un librero, poeta e historiador que nos dejó una serie de trabajos sobre Lara y otros lugares de Venezuela, porque Ramón era un investigador: era el cronista del Municipio Iribarren. Un trabajador a tiempo completo que ejerció la investigación en el CELARG, en el Congreso Nacional, en la Academia Nacional de la Historia.

 Fue librero, lo cual representa un oficio digno e intelectual que muchas veces no es reconocido en el país. Estudió en la UCV, y se dio a conocer como un hombre de letras sin mezquindades.

Compartió con amigos y detractores algunos datos sobre la historia de Venezuela. Se le conoció por haber sido uno de los fundadores, junto con Jesús Salazar, de la Espada Rota en la UCV, publicación que pasó de periódico mural a editorial, conjuntamente con el poeta Jesús Salazar. Trabajaron con materiales de reciclaje que quedaban de las oficinas de la Universidad Central de Venezuela, y los libros los diseñaba la amiga y poeta Consuelo Mendez.

 

Querales habitaba en la tierra del crepúsculo larense. Era de origen humilde y de profuso quehacer literario. Ramón Querales vivió haciendo el cronicario de los pueblos, hecho historia y poesía en la palabra larense.

Alberto Ramón Querales Montes ejerció su investigación en el Centro Latinoamericano  Romulo Gallegos, (Celarg), la Universidad Centro Occidental "Lisandro Alvarado", y la Biblioteca Nacional. Ramón Querales nació en el caserío Matatere del estado Lara un 4 de Mayo de 1937. En sus métodos solía utilizar las fichas, donde iba guardando los datos, y hasta no tener la verificación de un hecho, no lo daba a conocer en su publicación. Ramón Querales se identificaba mucho con lo sencillo al alcance de todas las cosas más simples de la cotidianidad; era un guaro por excelencia en su gentilicio de hombre del saber y del compartir histórico y social de nuestros pueblos.

En Ramón Querales había una sabiduría sencilla, pero era firme en sus convicciones de formación comunista. Cuando estaba equivocado lo reconocía. Así era el poeta y cronista, quien además dejo más de 70 libros escritos entre poesía, ensayos, historia y crónicas, además de velar por la promoción cultural de los pueblos originarios y sus legados musicales, artesanales, gastronómicos, históricos y sociales.

Como cronista del Municipio Iribarren llegó a publicar en el periódico El Impulso de Barquisimeto, donde se daban a conocer hechos históricos del pasado y del presente. Era descendiente de la etnia ayamana la cual siempre pregonó, porque le dolía el abandono de los indígenas larenses y que se perdieran sus costumbres.

Ramón Querales era un intelectual que se caracterizaba por su inquietud de trabajo a tiempo completo. Ramón hizo alguna investigación sobre el cocuy, siendo gran amante de esa bebida poética, así como de la música larense entre cuyos géneros destacaba el golpe tocuyano, y el tamunangue.

Comenzó sus estudios universitarios en la ULA, en la ciudad de Mérida, pero no pudo culminar sus estudios y tuvo que trasladarse a la ciudad de Caracas, donde ejerció la profesión de librero. Entre sus publicaciones poéticas e históricas están estas obras en las que se destacan: Jóvenes poetas de Lara, Escombros, Pájaro de amor por tierra, poetas y narradores de Lara, Letras Secretas, Guaroa, Exiliado del Alba, Habitación de Olvido, Aguas Negras, No Pronuncio Tu Nombre.

Escribió poesía y logró ser un promotor de la literatura venezolana y larense. Ramón Querales nos dejó una huella transitada en la tierra del barro, de la música y la literatura, en los cuales dejó ensayos bibliohemerográficos, antologías y trabajos de historia sobre el municipio Iribarren. Son más de sesenta años de labor fructífera e incansable dejada a una generación que ojalá la sepa conservar y valorar en tiempos de pérdida de identidad nacional.

Recibió cinco premios nacionales de poesía y uno estatal, entre ellos el premio de literatura Antonio Arráiz, mención ensayo, que otorga el municipio Iribarren.

Este intelectual venezolano, proveniente de Lara, decía que a punta de cruz y lanza fuimos bautizados y conocimos otras lenguas, además de ser cristianizados y obligados a seguir las costumbres occidentales.

Abordaba con una maestría sencilla y humilde la historia de su lugar de costumbre, como Variquesemeto o lo que hoy se conoce como Barquisimeto, lo cual era asentamiento étnico de resistencia indígena aguerridos y de una misticidad infinita. Su libro Escombros aborda ensayos sobre nuestra historia: cómo ha sido escrita y contada de una manera falsa que está llena de escombros, y que de nuestras vidas llevamos el peso repleto de nuestra existencia llena de mentiras y de ultraje. En sus estudios nos dio a entender que el recuento de la historia tiene muchas cosas ocultas en cuanto a la historia indígena y su legado ante la injusticia que vivieron nuestros ancestros.

En las raíces de su poética, Ramón Querales en su libro "Escombros" retrata una ciudad que huye de los fantasmas de aquel terremoto de 1812, el cual destruyó toda la ciudad y su casco colonial. Allí esta una mirada que se conduele de ver las calles desmoronarse; suscribe en sus poemas el olvido y la muerte de sus querencias, atrás quedo su lugar de origen, Matatere.

En la poesía de Ramón Querales hay una arqueología que va sosteniendo una expresiva y terca especie de lírica rígida, donde el desenlace del poema nos contagia con azotes de severidad, en la que construye una especie de sentido nostálgico de recordar a un Barquisimeto con sus largas calles de tierra, dándole paso a una metamorfosis que sufre en nombre de la historia contemporánea. La transición de voces como las de Rafael Garcés Álamo, Antonio Lucena y Antonio Arráiz, resaltaban un Barquisimeto añorado por los cronistas de aquella época como lo escribió Antonio Arráiz: "Las viejas calles largas de la tierra mía", y por eso ellos vivieron el brusco cambio de la ciudad.

Ramón Querales, Rafael Cadenas y Luis Alberto Crespo son herederos de ese sentimiento que le dio paso a una poética de renovadas voces que surgieron en la nueva poesía, sin olvidarse de aquellos que trazaron en la crónica sus pasos al sentir de aquella próspera y querida ciudad de los crepúsculos larenses.

 

 POESÍA

 Después de derrotado,

solo y sin ayuda,

te ocultaste,

ya siempre huiste

y de todos tus refugios,

de tus permanentes

e inservibles escondites,

el más difícil,

el más incómodo e inseguro,

donde más expuesto

te has sentido,

ue la poesía.

 

 

En sus textos, Querales olvida ese largo discurso y recurre al cuidado de la expresión, evita el imaginario y largo universo abarrotado de experiencias. Su presencia es vital en el poema, en la fijación, la muerte y el olvido. La condena de Matatere va a pervivir en las añoranzas de su raíz, en la que va trazando el destino hecho palabras diáfanas.





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