Mérida, Diciembre Viernes 06, 2024, 03:40 am
Orlando Oberto Urbina
bajarigua@gmail.com
Un
hombre que dedicó su vida a las ciencias y fue un defensor de la ecología andina.
Este ilustre científico olvidado quien fue ganador de un premio al mejor
trabajo en el área de las ciencias ambientales en 1997. Fue científico, médico,
y director del Centro de Microscopía Electrónica de la ULA. Además de ser un
investigador a tiempo completo, fue un luchador social en defensa del ambiente
y la ecología en los andes venezolanos, así como del río Mucujún, y de sus
aguas que sirven de suministro vital a la capital merideña.
Los
que conocimos a este gran caraqueño supimos que nació en 1943, y que fue electo
senador en 1998.Fue autor de más de cien publicaciones científicas refrendadas,
tres libros de textos, siete obras especializadas, y siete capítulos de libros
de otras compilaciones. Empezó sus estudios de medicina
en Italia, y se graduó de médico cirujano en la Universidad de los Andes (Mérida),
en la cual va a dedicar su vida a la investigación sobre el cerebro y su
funcionamiento por más de cuarenta años.
Viajó
a los Estados Unidos a la Universidad de Chicago, donde realizó un postgrado en
Neurobiología. En 1969 regresó al país para contribuir con la creación del
Centro de Microscopia Electrónica, y del postgrado en Ciencias Médicas
fundamentales en la Universidad de Los Andes. También escribió poesía, y se
dedicaba a la fotografía en sus ratos libres.
Ernesto
Palacios Prü fue un hombre ameno, conversador, preocupado por los problemas que
aquejaban al ciudadano; muy al tanto de la política, y consciente de que la
lucha nacional debe darse en la tribuna parlamentaria, donde se debe legislar
en pro de los pueblos y no en pro de los caprichos de unos pocos.
Como
pocos, fue un profesor e investigador que había recorrido calle, y sabía de los
graves síntomas que vivía –y aún vive- la sociedad. Se lanzó para ser senador
de la república, y resultó electo por el estado Mérida. Este triunfo duró poco
al eliminarse la cámara bicameral, tan necesaria en tiempos de calamidad, y de
oportunidades perdidas en asambleas cuyos representantes poco hablan de los
grandes problemas que vivimos a diario.
A lo
largo de sus cuarenta años, este académico por excelencia desarrolló una
brillante carrera en el ámbito universitario a través de la investigación y la
ciencia en el campo neurológico. Su incansable labor y su larga trayectoria lo
van a convertir en un talentoso hombre venezolano que hizo historia.
Fue
ascendido como profesor titular de la Facultad de Medicina de la ULA en 1981.
Así mismo, fue nombrado miembro de la Academia
Latinoamericana de Ciencias, y director del Centro de Microscopía
Electrónica en 1976.Igualmente participó como aliado del régimen fiscal
especial de la Zona Libre, Cultural, Científica del estado Mérida (Zolccit).
Posteriormente, dirigió el postgrado en Ciencias Médicas Fundamentales de la
ULA.
Fue
miembro activo de varias sociedades científicas y académicas nacionales e
internacionales, entre las cuales están: el Comité Científico del Centro de
Cooperación Científica Simón Bolívar (Unesco-ONU, 1990); además de la Academia Latinoamericana
de Ciencias, el Instituto Internacional de Neurociencias del Desarrollo y
Envejecimiento (1983), y fue consultor y asesor de revistas y agencias
científicas nacionales e internacionales. En reconocimiento a su larga labor en
la Universidad de los Andes, se aprobó a través de una resolución del Consejo
Universitario que el Centro de Microscopia Electrónica llevase su nombre.
Prü
llegó a decir: “en la sociedad del conocimiento de las grandes ideologías, hoy
en día el paradigma de la sociedad mundial es el saber, y saber hacer. Sin
duda, el conocimiento y las nuevas doctrinas estarán vinculadas al progreso
humano tan acelerado que se está viviendo en virtud del buen uso de las
aplicaciones de las ciencias”.
Ernesto
Palacios Prü vivía preocupado por una Venezuela digna y con optimismo; por ello,
quiso militar en el mundo político. Fue cofundador de la Unidad Vecinal
Independiente (UVI) en 1989, y ese mismo año fue proclamado candidato a la
gobernación de Mérida, además de quedar como senador de la república en 1999, y
como legislador en la comisión legislativa nacional (2001). Eran un hombre
lleno de una gran identificación con los graves problemas de la sociedad; tenía
gran formación y sabía qué aportarle a la ciudadanía. Sería mezquino negarle a
un hombre de ciencias su amor por la vida, por la naturaleza, por la supervivencia
en el planeta, y por la preservación de nuestras cuencas hídricas: en
particular, las de Mérida. Hoy vivimos en una situación que obliga a las
comunidades a pasar sed, porque nuestro sistema que surte de agua a la ciudad de
Mérida atraviesa dificultades debido a la avaricia. ¡Cómo se han apoderado de
las reservas del Valle, y de las aguas del Mucujún que debe ser reserva
natural! Muchas veces se esconde esta situación para no molestar a los
poderosos.
En
su vida Ernesto Palacios Prü llegó a conjugar las ciencias y las artes. En él
se juntaron la fotografía y la literatura, en especial, de la narrativa y
poesía. Logró publicar: Poemas (1965),
Poemas II (1969), Las Crónicas del Mucujún según Indalecio Paramillo (1988),
Vivencias y Lugares (1988), Un Viaje a Donde el Tiempo se Detuvo (1998), Te lo
Contaré Todo (2003).
Dejó
también una notable obra científica. Cuando lo necesitaba el estado que lo
adopto como un ilustre merideño, por su luchas incansables y cuán comprometido estaba
con su pueblo del que llegó a tener el apoyo popular.
Lo
sorprendió la muerte el 7 de agosto de 2006 en Mérida. Su muerte dejó un gran vacío
en amigos que apreciamos su trabajo, así como en sus familiares. Aquí una
mínima remembranza de su trabajo y sus luchas que tanto nos enseñó, y nos
orientó sobre la importancia de la vida para comprender y entender nuestro
papel terrenal. Así era este científico de la humanidad.