Mérida, Diciembre Viernes 06, 2024, 02:45 am
A punto de
finalizar el año 2023, el fraterno amigo Domingo Moreno –a quien otros llaman Lenín,
como lo apellidara su padre por apegos ideológicos de larga data- me obsequió
un inestimable ejemplar del libro Periodismo Merideño autoría de Don Pedro
Nicolás Tablante Garrido, valioso docto apureño que se vino de las pampas
apureñas para radicarse en Mérida con sus bártulos de cristiano irredento y
cayado de pastor ortodoxo.
Quien lo haya
conocido no le negará méritos como historiador fecundo y bibliófilo de
prosapia. Escritor de meritísimo abolengo que hizo de la castiza lengua nuestra
su aparejo de convicción porque leerlo era, un forzoso encuentro con el
preciosismo del idioma latino en la justa dimensión de la palabra. Su libro
Periodismo Merideño. Desde La Sierra (1910-1923) es merecido homenaje a Don
Emilio Menotti Spósito, exquisito humanista merideño.
El autor
llega a su biografiado desde la hondura de sus escritos que leyó con fruición. Al
referirse al periódico La Sierra, dijo del Dr. Menotti: “lo fundó en 1910,
cuando tenía 19 años de edad (..) muy pronto adquirió fama proporcional a la
esfera elevada del fundador, llegó a distintas ciudades y lugares del país y
también alcanzó otras naciones. Su contenido fue parcialmente aprovechado por
otros periodistas, con no poca frecuencia”.
Don Carlos
Felice Cardot, Académico de la Historia que vivió y cursó estudios
universitarios en Mérida, trató de cerca a Don Emilio en los años 30 del pasado
siglo, lo definía como “un hombre muy inteligente, sarcástico, escéptico,
descuidado en el vestir, bondadoso (..) y muy amigo de sus amigos”, amén de
añorar la vieja librería que antes en Barquisimeto y luego en Mérida, le permitían
el recuerdo de su erudición temprana.
En la segunda
semana del año, con su nieto Lenín repasamos en sus Obras Selectas y la
causalidad no es infundada. Su nacimiento ocurrió el martes 13 de enero de 1891,
justo hace 133 años. De su muerte, 60 años más tarde, se cumplirán 73 el
próximo 27 de este mes, con lo cual refrendamos el título de esta entrega en
homenaje a Don Emilio, a quien el Rector Pedro Guerra Fonseca llamó: “bohemio
impenitente, humildemente útil”.
De formación
integral y académica, no dejó de ser el hombre de pueblo, cercano a su gente,
sin poses ostentosas. Recorrió todos los pueblos del interior, indagando,
escudriñando, investigando y aportando sus conocimientos. Así hallamos su traza
en el proemio de los Apuntes Estadísticos del Estado Guzmán, publicados por
J.M. Jáuregui y que nos obsequiara con pulcra nota don Gustavo Amador López, en
clara pasión por la mineralogía.
Abogado,
escritor, periodista, naturalista y poeta de fino plectro, Emilio Menotti
Spósito desciende por línea materna de Jacinto Plaza, “aquel a quien llamaron
El Padre de Los Pobres”, como reza su epitafio. Su emotiva nota biográfica “El
Abuelo”, lo calca con pasmosa fidelidad. Esa filantropía del labriego
trujillano se replica llana, monda y lironda en su nieto escritor, luego en el
no menos célebre bienhechor Don Chuy Moreno y en el linaje que lo sigue.
La fecha natal
es ocasión providencial para ir al descubrimiento de su obra inagotable y
diversa, relegada de manera inexplicable al ostracismo de sus contemporáneos.
Prefieren contemplarla de lejos porque, quizá, leerla con detenimiento implique
que los alcance la férula inclemente de su verbo incisivo y diáfano pero comprometido
con la verdad que supo desnudar desde su cualidad original la pacata “habitué”
de la villa monacal andina.