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La música tovareña de duelo en Re mayor por Néstor Abad Sánchez

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La música tovareña de duelo en Re mayor por Néstor Abad Sánchez


Ha muerto el maestro Pedro Peña, actual director de la Banda

“Los músicos no se retiran; paran cuando no hay más música en ellos”

Louis Armstrong (1901-1971) 

Cuando concentraba su mayor esfuerzo en preparar por todo lo alto la conmemoración de los 120 años de creación de la Banda Don Emilio Muñoz y ser parte protagónica del cincuentenario del Primer Reencuentro el 5 de septiembre con la Banda y su Mariachi, la muerte sorprendió en medio de la noche al Maestro Pedro Peña… ya los dedos de su mano prodigiosa no podrán accionar los pulsadores que activan el pistos para dejar oír el timbre fuerte, noble y claro de las notas de su trompeta que tanta alegría llevó a los hogares tovareños y zonas circunvecinas, también su batuta dejará de ser la extensión de su brazo que marcaba los compases binarios del sube y baja que con tanta maestría guiaba a la Banda Don Emilio Muñoz en sus conciertos de pasodobles, música bailable y repertorio del florilegio musical venezolano. El Maestro Pedro Peña no sólo marcaba el tiempo con su batuta, sino que a su vez entraba en contacto con sus músicos para darle ese carácter y ese espíritu a cada pieza que dirigía como bien lo expresó el cantautor Astor Piazzolla (1921-1992) “La música es el arte más directo, entra por el oído y va al corazón... Es la lengua universal de la humanidad” o en palabras de Leopold Stokowsk (1882-1977) “Un pintor pinta sus cuadros sobre lienzos. Pero los músicos pintan sus cuadros en el silencio” y Pedro Peña supo pintar en silencio muchos cuadros de la tovareñidad.

Con el Maestro Pedro Peña se cumple aquel dicho de Sergei Rachmaninoff (1810-1856) que: “La música es suficiente para toda una vida, pero una vida no es suficiente para toda la música”, porque toda su vida se la dedicó a la música, desde muy joven, incluso después de superar un delicado accidente cardiovascular su pronta recuperación se debió a su motivación y amor por la música, quizás regresó del más allá para seguir viviendo por y para la música, reincorporándose a la dirección de la Banda cuando estaban en desbandada la mayoría de sus músicos y a punto de desaparecer, la sacó nuevamente a la calle. Así lo vimos en los conciertos en La Plazuela y tocando en las corridas, interpretando con su buen tono de voz el himno del municipio. Pedro era un guerrero incansable del arte musical. Ahora muchos lo recordaran en su actuación con varios grupos de baile, en los mariachis y con la Banda ejecutando la primera trompeta o como director. Otros en su faceta de educador, son incontables los músicos que ahora destacan en tarima que le deben sus pininos al Maestro Pedro Peña con quien aplica aquello que magistralmente expresó Luciano Pavarotti (1935-2007) “Pienso que una vida dedicada a la música es una vida bellamente empleada, y es a eso a lo que he dedicado la mía... Quien sabe hacer música la hace, quien sabe menos la enseña, quien sabe menos todavía la organiza, y quien no sabe la crítica”

El Maestro Pedro Peña, entendió como pocos lo señalado por Martín Lutero (1483-1546) “En la tierra nada se presta tanto para alegrar al melancólico, para entristecer al alegre, para infundir coraje a los que desesperan, para enorgullecer al humilde y debilitar la envidia y el odio, como la música”, por eso dedicó su vida a la música, a la parranda -en el buen sentido de la palabra-, llevando la música de aquí para allá para alegrar vida y recomponer corazones.

 Opinión,

A finales de año lo visite en su casa en compañía del concejal Dr. Silvio Peña, teníamos el compromiso de dejar en sus manos el diploma de participación de la Noche del Bolero, nos había acompañado con su talento el 9 de septiembre, dejando escuchar tres extraordinarias melodías, esa noche estuvo sentado con el resto de los participantes compartiendo su experiencia y disfrutando de los boleros. Este año Dios mediante la Noche del Bolero Tovar 2024 la realizaremos en su memoria. Honor a quien honor merece.

Esa tarde en su casa y con la presencia de su esposa nos expresó con gran satisfacción que pronto dejaría el bastón que lo acompañaba desde su enfermedad, que ya en su casa no lo utilizaba, además se sentía dichoso por los éxitos de su hijo en el exilio, estaba orgulloso de lo que estaba logrando musicalmente. Luego se quejó del abandono de la Banda por parte de la municipalidad, ya que no tenía una asignación acorde con tantos servicios que realizaban. Le preguntaba al concejal como podía hacer para que la Banda fuese tomada en cuenta. Considero que el mayor de los reconocimientos que post mortem puede recibir es que su llamado sea atendido y la Banda la lleven las autoridades en el presupuesto y no en sus corazones, lo dijo el gran William Shakespeare (1564-1616) “El hombre a quien no conmueve el acorde de los sonidos armoniosos, es capaz de toda clase de traiciones, estratagemas y depravaciones. Si la música es la comida del amor, dame un exceso de ella”, ha llegado el momento que las autoridades tomen ese exceso de lo que significaba la música para el Maestro Pedro Peña.

Con la muerte repentina en medio de la cerrazón de la noche del Maestro Pedro Peña, Tovar ha perdido a uno de sus baluartes musicales, a su hombre Mariachi que fue una de las grandes pasiones que lo acompañó toda la vida, a un ciudadano ejemplar y constructor de ciudadanía. Al amanecer la ciudad llorará su muerte, el tañer de las campañas nos alertaran de sus honras fúnebres y su Trompeta con mayúscula dejará de sonar, ni su mano será la que dirija la Banda en el próximo despeje de plaza, ni en el concierto septembrino de pasodobles, ni en la serenata a la Patrona. El Maestro Pedro Peña ha pasado a otro plano existencial, ahora lo esperan sus compañeros de farra para que los acompañe o les señale con los compases de su batuta cuál será la próxima pieza a interpretar. Descanse en paz Maestro, hoy brindo por su vida, por sus logros y su recuerdo eterno. A los grandes hombres no se lloran, se celebra por su paso por esta tierra de Arte y de Cultura.

A sus familiares mi más sentido pésame y a los músicos de la Banda Don Emilio Muñoz que la mejor manera de recordar a Pedro, es seguir adelante haciéndolo cada día mejor. La Banda era uno de sus mayores orgullos y son ustedes quienes están llamados para que así siga siendo. Como bien lo dijo el escritor francés Francois Mauriac (1905-1970) “La muerte no nos roba los seres amados. Al contrario, nos los guarda y nos los inmortaliza en el recuerdo. La vida sí que nos los roba muchas veces y definitivamente”, más que temerle a la muerte hay que temerle es al olvido. La mayoría de las veces quienes hoy nos lloran… mañana ni nos recuerdan.


Néstor Abad Sánchez

La Abadía, enero 23, 2024

nestorabadsanchez@gmail.com





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