Mérida, Marzo Martes 18, 2025, 03:04 am
La fragmentación del comercio internacional no es solo
resultado de la vuelta al poder de gobiernos que promueven ideas
proteccionistas, también es consecuencia de la fractura de las cadenas de
suministro durante la pandemia del COVID-19, los incentivos no económicos que
tienen los países para establecer nuevos vínculos y la parálisis de los
organismos multilaterales. En este último ámbito, destaca la Organización
Mundial de Comercio (OMC) y su Órgano de Solución de Diferencias.
El órgano encargado de aportar seguridad y previsibilidad
al régimen multilateral de comercio dejó de funcionar en diciembre de 2019
porque Estados Unidos bloqueó el nombramiento de nuevos jueces. Estos deben ser
nombrados por consenso, lo que significa que la objeción de un miembro de la
OMC es suficiente para evitar que se renueve el personal del Órgano de
Apelación. La falta de funcionalidad de este órgano ha paralizado el sistema de
solución de disputas de la OMC, ya que toda materia tratada puede ser apelada
tantas veces como sea necesario sin que se pueda llegar a una solución.
La parálisis de esta instancia multilateral ha
incrementado la fragmentación tanto en la interpretación como en la aplicación
del derecho comercial. En tal medida que un pequeño número de países miembros
de la OMC crearon el Acuerdo Provisional de Arbitraje de Apelación Multipartito
(APAAM) como una solución temporal, pero en su forma actual no puede abordar
adecuadamente las diferencias evidentes entre actores del comercio
internacional.
Desde su creación en 2020, el APAAM solo ha emitido
fallos de apelación e inducido a la implementación en dos disputas, mientras
que la mayoría de las decisiones han sido apeladas hasta quedar sin efecto. Además,
los fallos del APAAM tampoco han sido coherentes con decisiones anteriores
adoptadas por el Órgano de Solución de Diferencias sobre asuntos similares, lo
que hace que la jurisprudencia de la OMC esté cada vez más fragmentada.
En este contexto, el pragmatismo de muchos países los ha
llevado a usar mecanismos de resolución de disputas en el marco de acuerdos de
libre comercio. Y a medida que esta tendencia se generaliza, la actividad
comercial corre el riesgo de perder los avances logrados por la OMC en materia
del régimen comercial internacional. Esto debido a que mientras más se usen
tribunales de acuerdos comerciales, crece la probabilidad de que aparezcan
diferentes interpretaciones a las reglas comerciales que van más allá del
reglamento de la OMC.
Para mantener la integridad y previsibilidad del sistema
de comercio global, a la par de reducir la fragmentación que hoy vive el mundo,
es necesario restaurar la autoridad de la OMC. Esto implica recuperar el
compromiso de los gobiernos para restablecer un sistema funcional de solución
de disputas, con la participación de actores claves que hoy se encuentran en
posiciones distintas acerca del mecanismo de apelación deseable.
(*) @ajhurtadob