Un mar de jóvenes, adultos y personas de la tercera edad participaron en el Viacrucis de La Montaña
Mons. Helizandro Terán Arzobispo Metropolitano de Mérida presidió junto al equipo de la Vicaría de Pastoral Juvenil la XXXIX edición del Viacrucis de la Montaña, desde el Palacio Arzobispal hasta la Posada Doña Rosa, en plena montaña merideña.
Este Viacrucis se realizó con sus 14 estaciones por calles y avenidas del centro de la ciudad con escenas vivientes de varios grupos de diferentes parroquias y meditaciones hechas por jóvenes sobre la realidad de los jóvenes hoy.
Este año el lema “La Misericordia tiene rostro joven” fue en memoria de la Jornada Mundial de la Juventud de Cracovia en 2016, un momento en que se recordó el papel de la Pastoral Juvenil como pregonera de la Misericordia del Señor.
En todo el recorrido se vivió la Pasión de Jesús, su condena, su sufrimiento cargando la cruz, sus caídas, el encuentro con su madre, la ayuda que recibió Simón El Cirineo, la Verónica que enjuagó el rostro de Jesús, el despojo de sus vestiduras, su crucifixión, sus últimas palabras, su muerte y su sepultura.
El Viacrucis de la Montaña es un encuentro con el Crucificado que tiene ya 39 años realizándose en la Arquidiócesis de Mérida, año tras año, es mayor el número de personas que participan en este ejercicio de piedad, como lo ha llamado el Señor Arzobispo, una forma de vivir y comprender el sufrimiento de Jesús como vía para la redención.
Después del recorrido por las calles de la ciudad, el Viacrucis bajó por la cuesta del Teleférico hasta llegar a los terrenos de la Posada Doña Rosa donde se realizó un momento de alabanza y oración con el Padre Eduardo Gotopo y luego una Solemne Eucaristía que puso punto final a este Viacrucis de la Montaña.