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Frontera Literaria por Arinda Engelke

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Por Arinda Engelke


El Río de Letras: Resiliencia y Testimonio en las Orillas del Chama

El Río de Letras y la Memoria del Desborde: Ecos del Chama en la Conciencia Literaria

El pasado 24 de junio, el río Chama, arteria vital de nuestra Mérida, desató su furia con una violencia devastadora. Casas arrasadas, familias enteras sin hogar, mucho miedo ante el rugido furioso de las aguas, son el crudo testimonio de una fuerza natural que nos recuerda nuestra fragilidad. Ante la magnitud de esta tragedia, la búsqueda de significado y consuelo nos lleva, casi instintivamente, a las palabras, a las historias que hemos contado y leído a lo largo del tiempo. ¿Cómo puede la literatura, ese vasto universo de relatos, ayudarnos a procesar el dolor, a encontrar la resiliencia y a construir la memoria colectiva en estos momentos difíciles?

La naturaleza, en su magnificencia y su capacidad destructiva, siempre ha sido un personaje central en la literatura. Desde las lluvias torrenciales que sumergieron a Macondo en “Cien años de soledad”, hasta las epopeyas que narran la lucha del hombre contra elementos incontrolables, los escritores han intentado comprender y plasmar la relación entre la humanidad y su entorno. El desborde del Chama no es solo un fenómeno meteorológico; es un evento con resonancias míticas y humanas que ya ha sido explorado en nuestra propia literatura.

El Vaho Implacable del Chama: Un Eco en "Viaje al Amanecer"

Es precisamente en las páginas de "Viaje al Amanecer" de Mariano Picón Salas, esa joya autobiográfica que nos transporta a la Mérida de su infancia, donde encontramos un eco conmovedor de la fuerza implacable del Chama. En el capítulo dedicado a "Josefita", Picón Salas evoca la tragedia de Daniel, su novio, quien, confiado en su "conocimiento de los vahos del río" y la fortaleza de su caballo, intentó cruzar el Chama crecido. La naturaleza, sin embargo, dictó su propia sentencia: "se lo llevó", escribe el autor con una contundencia que estremece.

Este pasaje no es un mero adorno literario; es un testimonio profundo de la relación, a menudo trágica, entre el merideño y su río. Picón Salas nos recuerda que el Chama, más allá de su belleza paisajística y su rol vital en la región, siempre ha poseído un poder que exige respeto. La devastación reciente, resuena con este doloroso precedente literario, evidenciando que el río no solo moldea el paisaje físico, sino también el emocional y cultural de nuestra gente. La literatura, así, se convierte en un espejo donde se reflejan las eternas batallas del hombre con su entorno.

La Palabra como Refugio, Catarsis y Puente hacia la Reconstrucción

Más allá de la comprensión histórica y cultural, la literatura se erige como un refugio invaluable en momentos de crisis. Cuando la realidad se desmorona, las palabras tienen el poder de ofrecer consuelo, de articular el dolor inefable y de construir una memoria colectiva necesaria para la sanación. La poesía, en su esencia más pura, emerge del alma para capturar la esencia de la pérdida y la esperanza en unos pocos versos, convirtiéndose en un bálsamo para el espíritu herido.

La crónica periodística y literaria, por su parte, se transforma en un testimonio vital. Los relatos de los afectados, de los equipos de rescate, de los voluntarios que se unen en solidaridad, son en sí mismos una forma poderosa de narrativa. Estas historias, que se cuentan boca a boca o se plasman en un reportaje, son el embrión de lo que, con el tiempo, puede convertirse en literatura testimonial. Preservar estas voces es fundamental para que la tragedia del Chama no sea solo una estadística, sino una experiencia humana que se recuerda y de la que se debe aprender.

Finalmente, la literatura también nos inspira a la resiliencia. Hay innumerables obras que narran la capacidad del espíritu humano para levantarse después de la caída, para encontrar la luz en la oscuridad más profunda. Desde cuentos de superación hasta grandes novelas que exploran la fortaleza de la comunidad, los libros nos recuerdan que, aunque el río haya desbordado sus límites, la capacidad de reconstrucción y de esperanza reside en nosotros. La lectura de estas narrativas nos ofrece perspectivas de superación, solidaridad y la inquebrantable capacidad de la comunidad para levantarse.

El desborde del río Chama es una herida abierta en el corazón de Mérida. Pero así como las aguas eventualmente retroceden, dejando al descubierto tanto la devastación como la posibilidad de un nuevo comienzo, la literatura nos ofrece las herramientas para transitar este dolor, para darle voz a la tragedia y para, finalmente, encontrar la inspiración necesaria para la reconstrucción. En las orillas de este río, no solo quedaron escombros, sino también historias por contar, lecciones por aprender y una profunda necesidad de que las palabras nos guíen hacia adelante.

¿Qué historias crees que el Chama está esperando que escribamos sobre él ahora?

La idea de que cada piedra, cada árbol, cada camino que se perdió en la Vega de San Antonio , El Arenal, tiene una historia, y que la literatura puede ayudar a evocar esas historias pérdidas o a reimaginar el futuro del lugar.





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