Mérida, Julio Viernes 11, 2025, 09:00 pm
Cada día es más
evidente el impacto de las ideas, el conocimiento, el capital humano, la
tecnología y la acumulación de capital sobre el crecimiento económico de las
naciones. De allí que todos los países del mundo dan incentivos a las personas,
los hogares y las empresas para aumentar los niveles de dichas variables,
incrementar la productividad empresarial y generar las mejores condiciones de
vida que devienen de una población más educada. Mientras que aún son temas
pendientes, la reducción de los impactos negativos que dicho crecimiento puede
generar en el entorno, así como asegurar la distribución equitativa del mayor
ingreso que obtiene la economía.
Acerca de estos dos
últimos puntos, el Gobierno de Japón acaba de presentar su iniciativa para la
construcción del nuevo crecimiento económico. Lanzada originalmente en 2022
como “Grand Design and Action Plan for a
New Form of Capitalism”, se retoma en 2023 para avanzar en ambiciosos objetivos
de inversión público-privada en formación de la fuerza laborar, consolidación
de nuevas empresas, promoción del componente verde y digital de las actividades
productivas, e impulso a la ciencia, tecnología e innovación. Complementada con
una estrategia concreta para aumentar los salarios, mejorar la productividad y
lograr un círculo virtuoso de crecimiento sostenible y distribución equitativa
del ingreso.
En este orden, para
mejorar la productividad, se pretende lograr una movilidad laboral fluida hacia
los sectores de mayor crecimiento. Esto incluye una reforma del mercado laboral
local que busca mejorar la capacidad de las personas para adquirir nuevas
habilidades y conocimientos. Para esto se promueve el cambio de empleo según
competencias, se incrementan las inversiones en recursos humanos dentro de las
empresas -en concreto para mejorar el desarrollo y la atracción de personas
talentosas, incluidos profesionales de otros países-, se impulsa una red de
seguridad para los trabajadores no regulares que deseen cambiar de trabajo, y
se pretende la reducción de la brecha salarial de género.
De igual manera,
para dar mayor dinamismo a la economía, se lanzó el Start-up Development Five-year Plan. Una hoja de ruta de cinco años
para el desarrollo de empresas emergentes que incluye políticas para la
consolidación de un ecosistema de empresas emergentes de Japón, que tenga la
capacidad de incrementar la competitividad internacional de los productos
japoneses. Este plan también enfatiza en la importancia de atender y fortalecer
de manera temprana a pequeñas y medianas empresas tecnológicas que pueden
encontrar dificultades al momento de competir con empresas extranjeras. Así, se
considera que la competencia extranjera es necesaria para que este tipo de empresas
aumenten su productividad desde una perspectiva macro, sin permitir que el
proteccionismo excesivo distorsione su crecimiento ni que la competencia
excesiva obligue su cierre.
Y para asegurar la
equidad en la distribución de los beneficios del crecimiento económico, se
aprobó el Doubling Asset-based Income
Plan. El objetivo es fomentar la diversificación de los activos financieros
de los hogares desde los depósitos en entidades bancarias hacia inversiones. En
este sentido, se busca que los hogares obtengan beneficios como empleados y
como accionistas del crecimiento de las empresas japonesas, aumentando de esta
forma sus ingresos.
Tal como se
plantea, esta nueva forma de ver el crecimiento económico incluye cambios
ambiciosos en el sistema económico japonés, desde el mercado laboral hasta los
mercados financieros. Será un reto del Gobierno de Japón, incentivar de manera
adecuada a las empresas privadas, los inversionistas, las instituciones
financieras y los trabajadores para avanzar hacia esta nueva forma de impulsar
la actividad productiva, más sostenible y equitativa. El mundo seguirá atento
el desarrollo de esta nueva iniciativa.
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