Mérida, Mayo Martes 13, 2025, 08:43 am
Prensa Arquidiócesis de Mérida
(16-04-2025) En un ambiente colmado de devoción y
esperanza, la Iglesia merideña se reunió este Miércoles Santo para celebrar el
Jubileo de los cofrades y devotos del Nazareno, un encuentro que congregó a
cientos de fieles en el Gimnasio «9 de Octubre» de la ciudad de Mérida.
El jubileo, organizado por la Arquidiócesis de
Mérida, fue presidido por Monseñor Helizandro Terán, Arzobispo Metropolitano,
quien celebró la Solemne Eucaristía acompañado por un nutrido número de
sacerdotes pertenecientes a los arciprestazgos Mérida Norte y Sur, Ejido y El
Chama, además de religiosas, religiosos, seminaristas, movimientos apostólicos
y las cofradías del Nazareno.
Este año, en el marco del camino hacia el Año Santo
Jubilar 2025 «Peregrinos de la Esperanza», la Arquidiócesis propuso una
celebración común, para reunir en un solo lugar a los devotos del Nazareno de
todas las parroquias de la zona metropolitana y vecina.
Fue así como el Gimnasio «9 de Octubre», ubicado en
la Avenida Humberto Tejera de Mérida, se convirtió en templo de fe viva,
expresión de una Iglesia unida y en salida, firme en su misión evangelizadora.
Durante la homilía, Monseñor Terán destacó el valor
redentor del sufrimiento unido al amor de Cristo:
«Mis queridos hermanos y hermanas, desde que Cristo
escogió la cruz y murió en el Gólgota, todos los que sufren, particularmente
los que sufren sin culpa, pueden encontrarse con el rostro del ‘Santo que sufre’
y hallar en su pasión la verdad total sobre el sufrimiento, su sentido pleno,
su importancia».
Subrayó además que el sufrimiento, acogido desde la
fe, se transforma en fuerza para la liberación del mal y victoria del bien.
En esta celebración también se proclamó el Jubileo de
los cofrades y devotos del Nazareno, oportunidad especial para obtener la
indulgencia plenaria, cumpliendo con los requisitos establecidos por la
Iglesia: confesión sacramental, comunión eucarística, oración por el Papa y
participación en una peregrinación jubilar.
El padre Carlos Zambrano, administrador de la
Arquidiócesis y párroco de Santa Bárbara, junto a su ministerio de música,
recibió a los peregrinos con cantos de alabanza, preparando el ambiente
espiritual que culminó con la Bendición del Santísimo Sacramento, a cargo del
padre Reinaldo Muñoz, vicario para el clero y párroco de El Rosario.
Este Jubileo fue más que una celebración litúrgica;
fue una manifestación profunda del amor y fidelidad del pueblo merideño a Jesús
Nazareno. “Jesús que carga su cruz rumbo al Calvario, cumpliendo la misión del
Padre”, como expresó Monseñor Terán.
En su mensaje final, el arzobispo animó a los
presentes a cargar también sus propias cruces, en obediencia y confianza,
sabiendo que desde la cruz nace la gloria y la vida nueva.