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Pedro María Parra, el lugareño por Orlando Oberto Urbina

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Pedro María Parra, el lugareño por Orlando Oberto Urbina


Nos referimos a un escritor merideño muy poco conocido que se enfrentó al gobierno dictatorial del benemérito Juan Vicente Gómez, oriundo de Mucuchíes y de la aldea Misintá. Un hombre rebelde y con carácter severo que se atrevió a describir en su novela Lugareña la historia del muchacho que regresa a su terruño después de un largo periodo, y conoce a una mujer en ese lugar que va a inspirar una historia sentimental y llena de aventuras.

Pedro María Parra (1870-1945) hace sus estudios de la primaria en Mucuchíes y luego debe ir a la Grita a finalizar el bachillerato en el Colegio Sagrado  Corazón de Jesús. Luego se incorpora a la Universidad de los Andes para cursar estudios de Derecho. Se señala que Parra, en Abril de 1894, se va a dedicar a un cargo público como Secretario General del Tribunal Supremo de Justicia hasta el año 1896. Termina su carrera universitaria, y se incorpora  a hacer política, en la que se estrena como Secretario General del Gran Estado de los Andes que presidió para ese entonces el General Esteban Chalbaud Cardona. Después va a desempeñarse como presidente de la Corte Federal y de Casación.

Se va a ejercer el cargo de diputado de la Asamblea Legislativa de Gobierno del Estado Mérida, propuesto por el General Esteban Chalbaud Cardona. en 1903, escribió su novela Lugareña, que fue publicada en 1908, y es una de las obras literarias más conocidas de su producción intelectual, la cual tiene que ver con la vida del páramo. En dicha novela se vislumbran la vida del campo y urbana. Rubén, quien está de regreso a su pueblo Mucuchíes por las vacaciones, se va a encontrar con una joven que lo va a cautivar por su belleza e inteligencia. Rubén se enamora de la muchacha que se llama Clara, quien es la lugareña. Ese amor es aprobado por los padres, pero, Rubén debe marcharse a terminar sus estudios en la capital de la ciudad de Caracas, lo que hace cambiar totalmente el destino de ambos.

Es la vida de un joven que se va a olvidar de su lugar, y es consumido entre la bohemia y los vicios. Al tiempo se va a olvidar de su familia, y va a perder ese amor que dejó en su lugar de origen. La vida de Clara va a transcurrir entre la soledad y el amor en una espera desoladora en el páramo merideño. Rubén  deja sus estudios, y se incorpora a la revolución, busca obtener fama y riqueza, pero sólo obtiene un simple cargo de empleado público y va a reconocer que lo que vale en los espacios oficiales es la adulación, y no el mérito de las personas. Clara en aquella ilusión se va a visitar al padre de Rubén, y en esa visita el padre le habla de su hijo y le muestra unas cartas. En una de esas líneas, Rubén le indica a su padre que no se casará con la muchacha que conoció en Misintá.

 Sin embargo, Rubén va a volver, y encuentra a una Clara diferente y olvidada, inducida directamente a la locura, el desamor y el olvido. Escribe esa historia desde esta narrativa donde podría encontrase uno con muchas mujeres enloquecidas del páramo merideño. Por ejemplo,  el tránsito de las Blasas Rivas y Ramírez, como lo indica en su novela El Sendero de las Blasas la escritora Karelyn Buenaño. En esta novela se indaga sobre la vida de dos mujeres del páramo, como la María Blasa de Chachopo, y  la María Blasa de Escaguey, quienes también perdieron la razón y la memoria por culpa del amor y el desencuentro. Tal vez el gran poeta Andrés Eloy Blanco pudo haber conocido la historia tan cercana de estas mujeres, al vivir confinado en Timotes.

Volviendo a la obra intelectual de Pedro María Parra, es un escritor del páramo Merideño, actualmente dejado en el olvido, y del que apenas se menciona su novela Lugareña, pero dejo otras obras tan merecedoras y que deben ser estudiadas, tanto por la crítica como en la educación actual, lo que representa un reconocimiento a la identidad.

Pedro maría Parra es un estudioso de la educación que va a generar una filosofía acerca de la importancia formativa de las generaciones venideras,  como en sus obras: La Educación de los Hijos en el Hogar (1927), La Educación en la Voluntad (1927), Gramíneas del Páramo (1929), Tres Cartas a un Educando (1929), La Biblia Social (1936), La Escuela (1936), El Labrador y el Banquero (1936), entre otros.

Este escritor pedagogo y filósofo va a ser fiel a sus coterráneos a su tierra: en sus escritos hay esencia de la discusión sobre los estratos sociales, así como la importancia de la educación, y el claro rechazo a la adulación al gobernante quien es en realidad un servidor, y que muchas veces se ha creído el rey de la Comarca.

En Pedro María Parra se va a dar un exilio obligado al enfrentarse al General juan Vicente Gómez, quien lo obliga a salir de su país por sus ideas y su lucha contra la dictadura.

En su condición de exiliado, en su novela Lugareña van unas líneas llenas de mucho sentido de la identidad:  

“De pies sobre la playa extranjera, playa a donde me han arrojado el aluvión político y el ensañamiento del tirano de mi patria; a las orillas del Caribe he cabalgado en furtiva y doliente peregrinación para salvar mi libertad y mi vida” (Parra, 1913:10).

Ahora en Pedro María Parra, su corazón es un lugar siempre florido en el páramo merideño. Cuando se deja la Comarca -el lugar de origen-, uno va perdiendo amores cotidianos como la casa, el río y el páramo, por lo que al volver se va rescatando todo el sentimiento de la tierra amada. Porque allí está la herencia de aguas lejanas de rumor de frailejones y de neblina encantada, nacida desde el vientre de ese páramo al que le duele la lejanía del paisano hombre de letras.

Este escritor merideño fue un periodista y escritor que combatió al General Juan Vicente Gómez, además de ser profesor de la Universidad de los Andes. Con su novela y su obra intelectual, va a demostrar su potencial crítico. Una de sus últimas obras es Venezuela Oprimida.





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