Mérida, Febrero Sábado 08, 2025, 09:28 am
Hemos aprendido con vigor la diplomacia del odio, el
clima mundial de 2024 parece indicar que la humanidad olvido su empuje a la
convivencia proclamada en 1948 con la Declaración de los Derechos Humanos, para
el ideal común del mundo luego de los horrores de la Primera y Segunda Guerra
Mundial. El comunismo de Leningrado parece matizarse en las realidades de
países, naciones y Estados que ven todo con normal e indiferente ofensiva. La
Shoá matizada en la modernidad se ha popularizando frente a la supuesta y sincera
comprensión de la incapacidad para detener a los expulsados de sus tierras. Los
comunistas hoy están triunfando frente al mundo que está olvidando la
comprensión fundamental de la libertad, los derechos y la vida humana sana. Los
horrores de invasiones territoriales, las bombas nucleares, el nacionalismo
extremo, el canibalismo y la destrucción total del dialogo hoy parece ser el
protagonista de la indiferencia hacia el que sufre en silencio.
Hoy la consideración hacia la libertad, justicia y paz en
el mundo, parece no ser reconocida como importante. La dignidad de la humanidad
sucumbe ante el vigor de la diplomacia del odio y la inalienable venganza del
dolor no sanado. El menosprecio hacia toda acción humana coherente con la
conciencia, creencia, libertad de palabra se pierde en la miseria de la tiranía
y la opresión. Lo esencial es imperceptible frente a relaciones amistosas entre
Estados que no buscan instalar ni mantener el cumplimiento y respeto a los
derechos fundamentales del hombre, solo son alineamientos que hacen buenos
negocios y declaran la promoción de acercamiento amistoso. La hipocresía es
superior a la dignidad y el valor de la persona, la igualdad sincera de
derechos entre unos y otros. El poder basado en el interés propio es más fuerte
que la lucha por el progreso social y la atención a la vida perdida o
devastada. La libertad es sinónimo de satisfacción estética del lucro, la moral
y la ética se pierden en grandes ciudades remodeladas con nuevas formas de
negocios que roban la dignidad humana y el respeto universal y efectivo de la
libertad de ser hombre humano.
Tal vez son pocos son los ejemplos en la realidad actual
que muestran proyectos fallidos de igualdad y justicia, todos los seres humanos,
aunque nacen libres e iguales en dignidad y derechos, son dotados por la insane de la distinción racial, sexo,
idioma, religión, política, origen nacional. La soberanía es justificación de
sometimiento y donde los derechos a la vida, la libertad y la seguridad son
inexistentes. Nadie está libre de la esclavitud de la servidumbre, solo basta
con regresar o salir para ver como el trato cruel e inhumano y degradante encierra
al mundo, con la infringida protección de la ley. La persona si bien tiene
derecho a recursos efectivos que le permite actos coherentes de vida
sostenible, es sometido arbitrariamente a la discriminación y culpabilidad de
inocentes delitos que matizan el verdadero horror de la indiferencia hacia la
vulnerabilidad total del estado de derecho y régimen de libertades.
Nadie es condenado por delitos que violan la inocencia de
la culpabilidad, solo se condena lo que a juicio público merece la atención.
Las omisiones tampoco son graves, las comisiones de delito se acostumbraron a responden
a un marco estéticamente correcto de honra y reputación de la injerencia o
ataques. Y si bien todas las personas tienen derecho tanto a circular
libremente y elegir su residencia en el territorio de un Estado como salir de
cualquier país, incluso del propio y regresar a su país, son escandalosas las
cifras y aún más las historias de imposibilidad de cumplir con lo primero o lo
segundo. La persecución política unida al terrorismo psicológico nacional y de
acogida priva sobre la libertad de cambiar o mantener el credo, el pensamiento
y la conciencia.
@ajhurtadob (*)