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Conversaciones con Orlando Oberto Urbina

Oscar Noya: el investigador de la oncocercosis, o ceguera de los ríos en el estado Amazonas

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Oscar Noya: el investigador de la oncocercosis, o ceguera de los ríos en el estado Amazonas


Orlando Oberto Urbina, CNP: 9.207

bajarigua@gmail.com

Fotos: Oscar Noya

Este joven médico venezolano es egresado de la Facultad de Medicina de la Universidad Central de Venezuela. Oscar Noya es hijo de padres galenos e investigadores adscritos al Instituto de Medicina Tropical de la Universidad Central de Venezuela. Oscar nos cuenta que, desde la barriga de su madre, ya estaba familiarizado con la investigación; desde niño aprendió a caminar y a manejar bicicleta en el Instituto de Medicina Tropical. Oscar tiene ascendencia merideña: su progenitora es de Zea, de la familia Morales Alarcón por la cual siente mucho orgullo, ya que su madre es médico e investigadora, y no ha perdido su vínculo con los Andes. Este médico también es piloto y fotógrafo profesional. Actualmente, emprende una interesante investigación sobre un parásito que produce la Oncocercosis, o la “ceguera de los ríos”. En virtud de esto, realiza su trabajo en el Amazonas con varias etnias.

 Opinión,

OOU: ¿Cómo se forja Oscar Noya en la Investigación?

ON: Heredé de mis padres la pasión por la investigación. Mis padres son médicos cirujanos, y realizaron su posgrado en Parasitología en el ámbito de la medicina tropical. Desde la barriga de mi madre, ya hay fotos de ella metida en campo, haciendo muestras de caracoles que estaban relacionados con enfermedades tropicales. Desde muy temprano participé en un proyecto que se llamaba proyecto vacuna, era la vacuna de la malaria desarrollada por un colombiano Manuel Mantarollo, y mi padre fue quien lideró el proyecto de la vacuna aquí en Venezuela. Por ello, siempre he estado relacionado con la medicina: por ver a mi padre ir y venir del alto Orinoco cargado de algunas flechas y lleno de cuentos alucinantes. Entonces siempre quise ser médico, por esas razones grandes de ser médico en la selva amazónica. Eso es lo que siempre me ha motivado.

OOU: ¿Cómo llegas a ser fotógrafo? ¿Cómo divides tu tiempo?

ON: Mira, en la fotografía siempre influyeron en mí Héctor Arrechedera y Carlos Allesta, quienes han sido grandes fotógrafos. Carlos Allesta tenía su laboratorio de fotografía en la escuela de biología en la Universidad Central de Venezuela, y allí estudié la materia de fotografía, que era una electiva. Aunque en medicina no hay electiva, llevé esa propuesta al Consejo de escuela, y me permitieron mover algunas materias en medicina para yo poder tener un ratito libre y poder cursar la fotografía, aunque esta no me valiera para términos crediticios. Pude cursar fotografía, y eso es lo que me da la base teórica real de la fotografía; es una estética que uno lleva por dentro. Uno la va creando, definiendo, moldeando, y con el tiempo uno progresa uno va viendo la composición, junto con otros elementos que vas agregando a la fotografía como la luz, los contrastes -que es algo bueno-, y dependiendo de cada quien, porque el mundo de la fotografía es un mundo de gustos.

De esa manera comparto esas dos áreas: la parte médica, y la fotografía. Aunque no la llevo de manera profesional, de cuando en cuando -por mi trabajo en el Amazonas- me gusta dedicarme un buen rato a tomar fotos en la selva.

OOU: ¿Cómo llega Oscar Noya al Amazonas?

ON:   Llevo un buen tiempo allí, desde muy chiquito iba con mis padres a Amazonas junto con ellos como te comentaba, y me gustaba ese trabajo que ellos ejercían. Ahora yo, no lo comenté anteriormente, pero yo aprendí a manejar bicicletas en el Instituto de Medicina Tropical, en el estacionamiento del instituto. O sea, mucho de mi vida se vincula con el mundo de esa rama de la infectología.

Y en términos laborales, desde el 2005 empiezo a hacer mi ruralito al Sur del Orinoco en un sitio llamado la Urbana en Bolívar… perdón, en Manipure primero; luego la rural en la Urbana, Municipio Cedeño. Había comunidades criollas e indígenas e indígenas panares. Desde allí es que tengo una relación más profesional a pesar de que era el último año de la carrera el ruralito. Antes tuve salidas al Amazonas, a Kapuri, a San Juan de Manatiares, a Isla de Ratón, y participé en operativos médicos quirúrgicos liderados por el doctor Héctor Canteles. Eso era en el tercer año de la carrera de medicina, o sea, siempre tuve esa afinidad por el tema médico amazónico.

 Opinión,

 Entonces, decir una fecha exacta es muy difícil. Sin embargo, ya en términos laborales, comienzo en 2005 –en el próximo año estaría cumpliendo 20 años de estar trabajando formalmente- más allá de un voluntariado. En el año 2009 es que me incorporo formalmente en el CAICET (Centro Amazónico de Investigación y Control de Enfermedades Tropicales Simón Bolívar). El CAICET es una dependencia del Ministerio de Salud, y este es un centro con una moral, una ética preciosa, con una filosofía del respeto y el apoyo hacia las comunidades indígenas de un corte muy ambientalista y que se asienta en tres pilares fundamentales, como educación, de servicios de salud e investigación.

OOU: Cuéntanos algunas de tus mejores experiencias en el Amazonas.

ON:  ¡Wow! Cada salida al Amazonas o a Bolívar, que son lugares remotos, es única, desde pasar hambre hasta la emoción de poder compartir con amigos médicos de múltiples nacionalidades que en algunas ocasiones compartimos operativos. También he participado en el sector del pemón  de camaratas de Boquén con el Grupo de Alas de Venezuela: es uno de los lugares más cercanos en términos de integralidad de salud que he vivido junto con odontólogos y con múltiples especialistas, y por supuesto de la medicina y después de todo lo que ha sido el tema del paracaidismo que fueron tres operaciones exitosas muy bonitas que tenían un sentido, porque el paracaidismo suele ser de corte recreativo, y… bueno, por supuesto, porque los militares tienen un uso del paracaidismo pero, en otras ocasiones,  el paracaidismo tiene un sentido de recreación  y nosotros le hemos dado un sentido humanístico: saltando para poder recuperar unas pistas, limpiarlas, y darle un sentido de operativo de salud y estrategia para lograr avanzar en términos de salud por extraordinaria que sea. Son las respuestas que hacen que uno avance y pensar diferente.

OOU: ¿Cómo se diagnostica la Oncocercosis, o “ceguera de los ríos”, y cuál es su incidencia actual?

ON: Esto comienza en el año 77, y en el 78 van a encontrarse dos grupos diferentes unos que estaban buscando en Amazonas. Otros que estaban buscando en el alto Orinoco, y otros estaban buscando en el Alto Caura en Bolívar. Ambos grupos en esos dos años logran identificar este parásito llamado Oncocercosis, implicado en lo que se conoce también como “ la ceguera de los ríos” que hace más de 40 años que se ha diagnosticado.

 Bueno, primero fue una fase de investigación, hasta en el año 1993 que se toman algunas líneas de investigación en la cual se definen hacer la eliminación del  parasito Oncocercosis, parásito que no solo se encuentra en nuestro país, sino que existe en el continente americano.

OOU: ¿Cuál es tu mensaje para los jóvenes que se entusiasman por ejercer su profesión en comunidades indígenas como las del Amazonas?

ON: Más allá de que vayan al Amazonas, es que hagan primero un verdadero ruralito, y rural en términos de aquellos médicos que van y tienen la obligatoriedad no solo de la pasantía, sino de la rural que está en el artículo 8 de la ley de la medicina, la cual establece que un médico recién graduado tienen que cumplir un año de rural en el país en términos de servicios de salud, y el Estado le paga al médico.

Se tiene que hacer una verdadera pasantía rural, sea del irse al interior del Amazonas o en cualquier esquina de pueblo lejano, bien sea costero, de montaña, o en el llano donde hacen falta; o en ciudades por supuesto, también, pero es más fácil acceder a servicios de salud en la ciudad, porque abundan centros de salud. Pero en los lugares dentro del interior del país no suelen ser así, y por eso mi llamado a que el estudiante de medicina o el medico recién graduado tenga una experiencia verdaderamente rural, y eso le va a cambiar la vida, una experiencia de vida magnífica más allá de los estudiantes de medicina.

 Yo invitaría, y es más, promulgaría que se legislara a que toda carrera universitaria tenga una especie de artículo 8, sea un ingeniero, un abogado, un agrónomo, un veterinario, un contador público, un diseñador gráfico. Que toda carrera técnica universitaria y universitaria tenga la obligatoriedad, aunque esto pudiera ser polémico. Creo que sería magnífico y daría muchas oportunidades de trabajo a las personas, a los recién graduados, y generaría un avance en el desarrollo del interior del país.

 Opinión,

Imagínese cuántas necesidades hay de un veterinario en el llano, o de un abogado en cualquier parte de Venezuela. Yo creo que todas las profesiones técnicas y profesionales tienen mucho que aportar para el desarrollo de nuestro país, y que no sea solo el magnetismo que ofrecen las ciudades, sino que en el interior hay muchos jóvenes. Suelen ser los jóvenes que terminaron una carrera técnica o universitaria [quienes] puedan tener la obligatoriedad de cumplir e irse al interior del país. Oye, esto sería magnífico.

Ese sería más que un mensaje: sería un mensaje hacia el Estado- Nación que somos a nuestra sociedad. Yo creo que lo más importante, la palabra que yo recojo es equilibrio, o sea, el respeto, el conocimiento y reconocimiento de todas sus bondades como indígenas en donde uno aprende más de lo que ellos aprenden de uno, y ellos tienen un valor fundamental para una armonía con el medio ambiente. Por ejemplo, para la armonía de esa especie animal que somos. Ellos tienen aún esa esencia que nosotros debemos recuperar.

OOU: ¿Cuál es la gran fortaleza y el desafío de las comunidades indígenas  del Amazonas en este momento?

ON: La gran fortaleza es que aún ellos conservan esa esencia del ser humano este, y no es que tú y yo no lo seamos, simplemente creo que ellos tienen todavía esa luz que tanto nos hace falta para términos de equilibrio ambiental. Ojo, esto puede sonar polémico, pero hay muchas comunidades indígenas que han incursionado también en la destrucción de su propio patio o medio ambiente.

 Este lo vemos en territorio pemón por ejemplo, donde está ocurriendo la gran devastación de determinados mineros. Si bien la minería es algo que existe y que debe existir, ya que la necesitamos para la construcción de todos nuestros materiales, creo que es algo que debe ser realmente ordenado. Bueno, la gran fortaleza es esa; su esencia -sobre todo en aquellos grupos-, aquellos pueblos indígenas mucho más alejados, creo que aún muchos tienen esa esencia de cuidado y de conocimiento de la selva, es impresionante, así como  nosotros conocemos en la ciudad, donde quedan nuestros servicios. De esa manera ellos conocen dónde está su despensa selvática fenomenal.

 Tiene el dominio de esa de esa selva. El desafío, wow, es una transculturización muy acelerada que están teniendo un salto que muchas veces  es negativo; considero también que ellos tienen derecho de tener alta tecnología, de llegar a ser presidentes, ser el mejor de los economistas etcétera como derecho humano. Obvio: si tienen el mismo rango, que tengan las mismas oportunidades. Es difícil; tienen que tener las oportunidades y bueno, muchos de ellos se destacan en el mundo artístico, profesional, los indígenas pueden también tener ese grado de superación, sin necesidad, ya que ellos tienen que tener muy bien claro de dónde vienen así se vistan con un frac, así se vistan con este de una manera occidental elegante. No pierden esa elegancia indígena. Hay que buscar incentivar que ellos no pierdan esa cultura muy rica en conocimientos ancestrales, así como muchos países incentivan que se resguarde el idioma gallego o catalán, sus tradiciones, sus comidas, sus vestimentas, etcétera. Nosotros podemos incentivar a aquellos que mantengan su cultura ancestral.

 Opinión,





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