Mérida, Marzo Domingo 16, 2025, 05:40 pm
Dedicado al cronista Ramón Sosa Pérez, quien llegó tarde a la fundación de Tovar.
“¡Que viva Alfonso Ramírez! o en frase
del catedrático y poeta Don Miguel Burgos Manella: ¡Que viva “don Alfonso de Tovar”
y su palabra vaya por delante!”
Su negativa de entrar a la Academia de Mérida.
Dejemos que sea su mismo hijo Alfonso Ramírez Medina, quien no los cuente: “Rigoberto Henríquez Vera propuso a Alfonso Ramírez Díaz como miembro de La Academia de Mérida, principalmente en reconocimiento a sus logros literarios. Éste no aceptó. La razón argüida para tal negativa fue su temperamento: un individuo cuya vida fue guiada por el humorismo y la irreverencia, definitivamente desentonaría con unos serios y augustos individuos de número y de letra”
Su carta de disculpa a Don Rigoberto por no aceptar la
membresía está fechada el 25 de julio de 2000, por lo ocurrente de su contenido
y la sinceridad expresada, bien vale la pena compartir algunos párrafos, más si
su sentencia cuando me entrego una copia fue tajante: “Haga con ella lo que quiera, pero después que me muera”, Don
Alfonso nunca me perdonó la imprudencia cuando me dio a leer los versos de El matrimonio de Mantequillo y que sin
pensarlo dos veces los mandé a publicar en el Diario Frontera. Recuerdo de
memoria la primera de las dieciocho cuartetas: “¿Por qué se encuentra Tovar/ tan
bello y con tanto brillo?/ Porque se nos va a casar/ el amigo Mantequillo”
Afirma lapidariamente Don Alfonso: ¿Se imagina usted, Rigo, a Atilio Lupi presente en una solemnidad donde los otros convidados fueran los fundadores del actual templo de Tovar que son los que aparecen retratados en un cuadro que hay en la pared de la casa… que hoy es mía? Seguro que Atilio le habría puesto alfileres al sillón donde estaba sentado el padre Arias; que con unas tijeras le habría recortado la levita al Dr. Belisario Gallegos; que estaría imaginándose que la mueca de don Matías Codina lo asemejaba a la cara bobo de las Mendoza; que estaría remedando al papá de la niña Ananías, y algo similar haría con los graves semblantes de don Antonio María Suárez y don Pedro Nolasco Omaña…?
Por otra parte, le señala a Don Rigoberto: “Yo me he fijado que en las Academias nunca se habla mal de nadie” por eso prefiere quedarse con su esquina caliente al afirmarle que: “Será por esto que la Academia que cuadra mejor con mi falta de respeto a lo reverenciado por los demás, es la tertulia de la plaza Bolívar”, allí Don Alfonso se sentía más a gusto y era su decano.
Después de enumerarle sus gustos populares que a todas luces contrastan con los de tan notables letrados, sin amino de desplante, sino con la franqueza que lo caracterizaba le sintetiza que: “Si, por atender el afecto hacia su persona y no a los gustos populares de la mía, llego a sentarme en la Academia, a los académicos les va a pasar lo que sucede en las reuniones de espiritistas cuando concurre a ellas alguno que no ésta iniciado en sus misterios, y van a concluir en que hay un espíritu burlón que les está tergiversando sus propósitos”
Concluye su carta implorando la benevolencia de Don Rigo: “Este no es el curriculum vitae que usted me pidió, sino un curriculum mortis para mi ingreso a la Academia. Si usted es indulgente con mi testarudez, una vez más estaré obligado con usted, por esta otra muestra de bondad”, aunque Don Alfonso Ramírez si ingresó por única vez a la Academia, pero a sentar catedra cuando fue invitado en el 2010 a discurrir sobre el poeta Andrés Eloy Blanco y el Arte de la Oratoria, una pieza magistralmente escrita y leída con tanta facundia que aún resuena entre las vetustas paredes de la casona de los antiguos gobernadores donde se negó justificadamente a posar en sus añejas sillas.
La Fundación de Tovar: un aviso a los adelantados sin fundamento.
Según su parecer “A los que preguntan quién fue
su fundador, la respuesta sólo tiene dos palabras: los tovareños” y así
lo dejó plasmado en la obra de teatro inédita y en verso LA FUNDACIÓN DE TOVAR -Entremés y cuatro siglos-, cuyos personajes
principales -por sus nombres los reconoceréis- son: “Banderolo, adelantado
de los Belzares, Indalecio, atrasado
de los españoles, Fray Nilson, cura
doctrinero, Goya, cacica de
los mucutíes, Leonardo, músico
invasor y Leo, músico
invadido”. Incluso dejó escrito hasta como deben estar trajeados cada uno de
los personajes: “(Banderolo e Indalecio, vestidos con armaduras, y con espada y rodela. Fray Nilson, vestido con sotana y con tonsura, y
misal e hisopo en mano. Goya, vestida
como india y con una pluma en la cabeza. Fuma un tabaco muy humoso. Leonardo, vestido con muchos colores, con un
pito o una flauta o un clarinete. Leo, vestido de indio, con un cuatro en la mano, y un arco y flecha
terciados)” para no dejarlos con la curiosidad comparto algunos de los diálogos
y así todos podamos terminar este recordatorio de su muerte… muertos de la
risa. Ese era Don Alfonso Ramírez, genio y figura hasta después desde la
sepultura.
(…)
Fray
Nilson.- Me envió a mí
Su Santidad
para fundar este pueblo,
llamándolo Regla o Reglo,
que pronto será ciudad.
Indalecio.- En
el siglo diez y ocho
la
fundación es sencilla:
hará
el fraile una capilla
y
yo sembraré un topocho.
Banderolo.- Yo
hablaré como alemán,
el
Padre hablará en latín.
(A
Indalecio:) Tienda usted el curricán.
Los
otros dos lo pondrán
Como
cuerda de violín.
Fray
Nilson.- Dominus
tecum, fundares
Corozus, Añil Et Zea,
ab diabolicus Tovares.
¡At linguas, per vita mea!
(…)
Indalecio.- Hoy,
que es ocho de setiembre
de
mil setecientos nueve,
es
buen día para que siembre
Fray
Nilson un templo breve.
Goya.- Que
siembre él una capilla
muy
bueno resultaría;
pero
capilla, no villa,
porque
el pueblo ya existía.
Fray
Nilson.- Será una iglesia
de paja,
de paja la fundación
y de paja mi sermón,
que no sube sino baja.
De
esta manera, literariamente Don Alfonso afrentó a los fundadores que en 2009 le
hicieron publicar al gobierno de turno 5000 ejemplares de un folleto anunciando
a los cuatro vientos el tricentenario de la Fundación de Tovar que ahora lo
pregonan de nuevo como cuatricentenario para el 30 de mayo del 2027 y no
pararan hasta uno de ellos ser el mismísimo adelantado sin fundamento, les
sobran documentos, les falta sensatez y criterio, pero de eso hablaremos en el
seminario Tovar y sus interminables
fechas de fundación que será convocado el próximo 6 de septiembre desde
el Centro de Saberes Tovar.
Néstor Abad Sánchez
La Abadía, junio 30, 2024