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Del Departamento de Boyacá

Ana Soraya es madre del científico colombiano que estudia Enfermedad del Olvido

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Esta familia reside en Santa Rosa de Viterbo, Valle del Cuche, Vereda La Creciente del Departamento de Boyacá, Colombia


Teresa Omaña Martínez

@teresaomana3

 

El matrimonio constituido por Ana Soraya Niño Cuadros, y su  esposo Jhon Jairo Aguillón, se visualiza como  una familia con principios de unión, respeto y transmisión de valores. Llevan una vida de tradiciones por ser figuras centrales en la crianza y educación de los hijos. Ambos tienen como objetivo fundamental  continuar  ofreciéndoles orientación, respeto, solidaridad  y  unión matrimonial.

Las enseñanzas para con sus hijos se basan en garantizar un lugar  donde cada uno  crece, se equivoca y vuelve a comenzar. Consideran que hablar y comunicarse es algo tan vital como respirar.

Esta familia reside en Santa Rosa de Viterbo, Valle del Cuche, Vereda La Creciente del Departamento de Boyacá, Colombia. Ana Soraya Niño y Jhon  Jairo, tuvieron tres hijos: Fredy, Jhon Jairo, y David.  Para el momento  tienen dos nietos: Dana Valentina, y Juan Felipe quien vive en Medellín. Sus hijos se formaron en diferentes profesiones: Jhon Jairo es ingeniero mecánico, Fredy es especialista en herrador y organizador de eventos y David es médico.

Ana Soraya siente  orgullo y satisfacción  que a sus hijos les vaya bien en el campo donde se desenvuelven,  ya que fueron grandes  los sacrificios  que vivieron los trayectos de cada uno, así como las noches sin dormir por alguna  enfermedad presente en alguno de ellos entre otros.

Lazos invisibles

En su papel de madre, Ana Soraya expresa que con sus tres  hijos  existe una excelente conexión,  la califica como una acción  permanente y activa basada en un amor incomparable ante cualquier otro, no hay equivalentes, coloca como  ejemplo, a su hijo David, “cuando me necesita,  busca la manera de comunicarse conmigo, yo siento lo mismo, así estemos juntos o separados por kilómetros de distancia”

Explica que su hijo David  vive en Medellín. Allá está su Centro de Investigación. Sus estudios. Él desarrolla lo que le gusta o necesita… “regularmente conversamos, les puedo decir que con David  habló por teléfono diariamente, es una voz muy querida a la que permanentemente deseo escuchar”, “tenemos una relación muy cercana, de mucha confianza, esto nos facilita  la comunicación,  nuestro apoyo es mutuo, aunque muy poco nos veamos,  es un hombre sencillo, sin prepotencia, consecuente, humilde,  trata muy bien a las personas, es juicioso, sensato, un hombre de vida y de formación para hacer el bien.


La infancia bonita


Ana Soraya confiesa que tener un hijo médico- investigador  en el hogar no es muy  común, “cuando él está en casa se siente  una sensación extraordinariamente diferente, su estadía marca la diferencia. Su preocupación por él es sostenible en el tiempo expresando en voz muy baja “…conversando con usted, regresa a mi mente muchas interrogantes, por ejemplo, cómo estará su salud,  su condición física, sus adelantos en las investigaciones,  el  trato hacia otras personas, a sus pacientes, estudiantes, con otros investigadores y viceversa. Es un continuo las preguntas.

Explica que David desde muy joven sentía un gran  interés por querer ayudar a las personas  que tenían problemas con el estudio, los aconsejaba a continuar, a no dejarse vencer ante cualquier circunstancia, ahora sigue siendo así.

En la toma de decisiones dice que él sabe cuándo tomarlas, ya muchacho,  en su adolescencia era muy espontáneo, buscaba lo mejor para avanzar y no estancarse, pocas veces preguntaba,  las tomaba sin que lo supiéramos (lo sigue haciendo).  Ya es un  común denominador.

La madre  de David Aguillón, complementa   que desde muy pequeño buscaba soluciones a los problemas. Amaba el arte en toda la expresión de la palabra,  aún lo ama, este amor lo transformó en dar amor y servir  a los demás, en el lugar o país donde se encuentre no existe  impedimento,  él continúa siempre con la esperanza y conocimiento de  luchar por alcanzar logros, retos y alcances en sus proyectos de vida y los científicos.

Jhon Jairo, hermano de David, revela que desde muy pequeño se interesó por el mundo de las artes la poesía, el teatro, y el sacerdocio, él en su tiempo de muchacho fue poeta, actor y monaguillo, hasta quiso ser sacerdote. Poco le importaba quien estuviera presente, “él declamaba poesía y  lo hacía muy bien, igual se desempeñó en el mundo teatral.

Para el momento de esta conversación recordó anécdotas  que  tanto los maestros y profesores de David que le impartieron clase en las instituciones educativas  donde cursó estudios,”le  recomendaban a mis padres  encaminarlo por  el mundo de las Artes, de las Humanidades  así como también a la vida sacerdotal”.

Este muchacho... “nunca  desatendió los estudios en primaria y secundaria siempre cumplía con las  tareas… era  un muchacho muy aplicado, muy colaborador. “Se viene a mi mente gratos recuerdos, porque desde muy niño ganó medallas de excelencia, ocupaba los primeros lugares de primaria y secundaria en la universidad, la excelencia jugaba con él.

Asimismo, Jhon recordó los momentos de esparcimiento y entretenimiento que mantenía con su hermano, “el juego era una constante, sobre todo cuando visitábamos al abuelo en su finca”.

Revela el cómo aprendieron el oficio del campo, “este iba desde ordeñar las vacas hasta estarronar los potreros (estarronaban  el estiércol que era usado como abono para la tierra), entre sus comentarios lanza sus carcajadas y confiesa “para nosotros  no era un trabajo, era una diversión, disfrutábamos haciendo el oficio porque además de correr jugábamos. Nuestra infancia fue tenaz, fuimos muy  felices”.

Por su parte, Ana Soraya, haciendo un movimiento de cabeza y mostrando una sonrisa espléndida,  indicaba que era cierto lo que decía Jhon,…“es un orgullo,  para nosotros como padre y madre la forma como nuestros  hijos han alcanzado logros muy interesantes, hemos compartido sus inquietudes  ya sea en sus proyectos de vida y de profesión. De sus estos admira la  perseverancia y la resiliencia en la continuidad y logros de sus luchas.

Al recordar tantas vivencias  sale a flote frases como “David es un ser especial, con él comparto los éxitos que ha alcanzado…en su adolescencia fue un muchacho lleno de grandes aspiraciones, cosa que como padres no siempre entendíamos en sí lo que él quería.

También nos cuenta que David en su niñez y adolescencia llevó una vida de incertidumbre, de ansiedad y de enfermedad  “no fue fácil”  como padres tuvimos que tomar decisiones, “él fue operado del corazón, lo tiene ubicado al lado derecho”. Para ese tiempo, recibió apoyo de sus amigos, amigas, siempre lo acompañan.


La ciencia llega a casa


Relata Soraya, que su hijo menor tomó la decisión de estudiar medicina en la Universidad de Antioquia, “nosotros no contábamos como los medios económicos suficientes para  hacer los pagos indispensables: como vivienda, comida, movilización, libros entre otros. David en el primer semestre se las ingenió  realizando algunos  oficios como colaborador, en espacios donde había   necesidad para ayudar con su servicio.

El  estudio en la Universidad de Antioquia era su mirada,  para el segundo semestre  consiguió apoyo económico,  con lo reunido pagó el primer semestre…cuenta su madre. Igualmente... “A partir del segundo semestre  hasta culminar su carrera de medicina  se ganó la beca, esto es una demostración de que fue un alumno excelente…fue  juicioso con los estudios, con sus compañeros y  profesores…las  notas que alcanzó en cada semestre siempre eran A, fue muy estimulante para él y para su familia, impresionante.

El orgullo por este hijo la engrandece, y dice “David está consolidado profesionalmente, e inmediatamente me muestra una placa del título donde se lee que es Doctor  mención  Summa Cum Laude por la Universidad de Antioquia. Su rendimiento académico es excepcional, en esta se ventila un promedio de calificaciones de un alto nivel de excelencia.

El doctor David Aguillón obtuvo su doctorado en Ciencias Básicas  Biomédicas con énfasis en Neurociencias en la Facultad de Medicina  de la Universidad de Antioquia, Colombia. Actualmente, es director del grupo de investigación de Neurociencias de Antioquia de la Facultad de Medicina  y director de ensayos  clínicos de prevención de la enfermedad de Alzheimer. La enfermedad del Olvido.

Su compromiso es continuar  con ese hermoso trabajo al que le dedicó esfuerzo conocimientos, tenacidad y visión el doctor Francisco Lopera Restrepo, un  referente particular de la medicina neurológica colombiana, quien en vida  fue pionero en la investigación de  los genes que causan tempranamente la enfermedad de Alzheimer y  la demencia, así como la investigación en la  prevención.

Actualmente,  David Aguillón (@david.aguillon13) es su sucesor, él continua  con el legado que dejó su mentor. Como científico  que es continúa  investigando  a través  del Grupo de Neurociencias de Antioquía (GNA) en Medellín,  los secretos del Alzheimer también nombrada la enfermedad del olvido, es un esfuerzo que junto con su equipo  continúan buscando la cura para la enfermedad del olvido.





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