Mérida, Julio Viernes 11, 2025, 09:25 pm
Dedicado a su hermana Magaly Pabón de González.
“Una enfermera siempre nos dará esperanza; es un ángel con estetoscopio”
Carrie Lalet
La enfermería es una maravillosa profesión, no un oficio ni nada que se le parezca. Por tanto, requiere de estudio, preparación y sobre todo de vocación. Una enfermera o enfermero presta asistencia al paciente, pero también al personal médico, por eso es necesario que además del conocimiento desarrolle habilidades y tenga un don de servicio que le permitan desempeñarse de la mejor manera en sus múltiples funciones. Con razón señaló Mónica Dickens, que: “La enfermería es como una manía, una fiebre en la sangre, una enfermedad incurable que una vez contraída no se puede curar. Si no fuera así, no habría enfermeros”
La enfermera según el DRAE es la “f. Profesión y titulación de la persona que se dedica al cuidado y atención de enfermos y heridos, así como a otras tareas sanitarias, siguiendo pautas clínicas”, también existe quienes lo hacen de manera empírica lo que la convierte en una de las profesiones más longevas del planeta, data desde el periodo bizantino donde era ejercida principalmente por los hombres. Aunque se considera y se reconoce a Florence Nightingale (n. en Florencia, Italia el 12/5/1820) como una de las pioneras en su práctica y la madre de la enfermería moderna. Su credo lo sintetizó en frase: “Le debo mi éxito a esto: nunca di ni acepté una excusa”
Señalaba Gisela Pou, que: “No se trabaja de enfermera, se es enfermera”, ahora es pertinente preguntarnos ¿La enfermera nace o se hace?, si bien es cierto que el conocimiento requiere cultivarse, la sensibilidad y vocación de servicio son innatas a la persona, tal es el caso de Flor Ángel una tovareña que se formó de manera integral en la Escuela de Enfermería Auxiliar en Mérida y una vez culminado sus estudios inició su carrera en Tovar que luego continuo en Valera Estado Trujillo, donde se radicó hasta su sentida muerte, hace un año, el 26 de enero del 2023. Dejando una profunda huella en la ciudad de las siete colinas, convertida actualmente en una ciudad cosmopolita. Allí fue un verdadero “ángel con estetoscopio” al servicio los valeranos sin ningún tipo de distinción.
Flor Ángel Pabón nació en el tovareñisimo sector del Añil el 27 de abril 1957, hija natural de Ana María Pabón. Fue bautizada en la iglesia Nuestra Señora de Regla el 7 de febrero de 1958 por el Pbro. J. C. Parra, sus padrinos: Pompilio Contreras y María Antonia Ch. de Contreras. Se casó en dos ocasiones, primero con Carlos Gutiérrez Carrero de cuya unión pervive Carlos Daniel Gutiérrez Pabón, después contrajo matrimonio con su compañero de labores de enfermería Orangel Guerrero, progenitores de José Ángel Guerrero Pabón. Su padre fue Ángel Morillo, destacado fotógrafo de los años 50. Que, se hizo famoso por la firma “Foto Murillo” al pie de sus excelentes trabajos de estudio, personajes y panorámicas de Tovar y su gente, que lamentablemente desaparecieron, luego que se mudó al Táchira, cuando murió sus fotografías fueron tiradas a la calle y botadas como basura. Conservo algunas que he logrado salvaguardar. Su mamá fue una modista reconocida en Tovar.
Flor Ángel Pabón desempeñó una extraordinaria labor como enfermera en el Seguro Social de Valera donde se jubiló. Amaba su trabajo del cual hizo un apostolado, reafirmando aquel anónimo que dice “Cuando eres enfermera sabes que cada día cambiarás una vida o una vida cambiará la tuya” Siempre se la pasaba ocupada y diariamente sus servicios eran requeridos por los médicos del Seguro Social en sus consultas privadas y los bachilleres al solicitarla decían con la Sra. Florangel, a pesar que era demasiado exigente con los pasantes. Los últimos años de su vida los pasó trabajando en el área de traumatología.
En Flor Ángel bien aplica lo dicho por Donna Wilk Cardillo “No cualquiera puede ser enfermera, se requiere de fuerza, inteligencia y compasión, cuidar de los enfermos del mundo con pasión y hacer el bien sin importar lo exhausta que estés al final del día” El ejercicio de la enfermería la hizo fuerte, noble y única, por eso hoy al conmemorarse el primer aniversario de su muerte, todavía muchos la lloran.
Néstor Abad Sánchez
La Abadía, enero 26, 2024