Mérida, Marzo Sábado 15, 2025, 08:50 pm
Nació en Tinaquillo, estado Cojedes, el 19 de junio de
1941. José Francisco Martínez Rincones, cuyo seudónimo en la poesía venezolana
es Pedro Parayma, es abogado y profesor universitario. Ha sido ensayista,
promotor y colaborador de numerosas revistas. Es también un extraordinario
personaje de la poesía cuya obra pertenece
a la generación de los años 60 y 70.A través de sus escritos, nos hace una
propuesta poética que va conformando su labor de escritor. Dichos textos
poéticos están cargados de humor negro; el cual se introduce en los bordes del
sueño y el delirio, y nos va llevando a la palabra hacia las fuentes del mal,
en los espacios precarios del deseo.
El poeta viene de una rebelión de la palabra que nos
va a recordar a Baudelaire cuando comprende quelo bello siempre es extraño. La
escritura de Pedro Parayma, compartida en los auditorios venezolanos, se hacía
sentir en aquellos años memorables, a través de imágenes vestidas de personajes.
Otros de sus textos poéticos se revistende onirismo y proposiciones que dan a
conocer la verdad del vidente; nos sumerge en sus imágenes de oficio nocturno
que revela su lectura frente alálbum de los espejos.
En su obra poética Pez
Gótico, Parayma nos dice: “No pido casi nada/ únicamente/ el tiempo de
vivir”. Pedro Parayma con esta obra celebraba los veinticinco años de la
edición de poemas Para decir amor y para
decir adiós (1963). Estos textos poéticos en Pez Gótico se integran con una
antología de sus poemas escritos entre los años 1967 y 1982), que fueron
escritos entre Mérida, Caracas y Bogotá. Señala el poeta Parayma que dicho
libro nunca se pudo editar en ese tiempo, porque muchas veces se extraviaba en
los aviones y aparecía en casa de otros amigos de otros países; cuando ya
estaba listo para ser impreso, se evaporaba y se convertía en pájaro que descendía
en la torre de la catedral de la Habana, hablándole al maestro José Luis Posada
del largo viaje en un segundo.
Pedro Parayma se mantiene en su universo con su temática
sostenida y obsesiva. Desde esa postura Parayma va a crear personajes, inventando
razones, desde el libro Fenris
(1970), mundo de construcciones insólitas, que va a estar habitado de seres que
van a estar fuera de lo normal en nuestra poesía venezolana, los asume en su
escritura que va a marcar un territorio que también envuelve lo social e
imaginario. Ese sendero que Parayma va a insistir en su libro La Sanguijuela de los pies de oro (1973), en
el que su lenguaje trajina el absurdo y el intimismo.
Los cantos del Vietnam(1966) y Baquiano (1984), van consolidando su escritura poética que adquiere
un sentido que ya no pertenecen al código lingüístico, y va más allá en sus
escritos que develan una ironía que desviste la pasión humana, la solidaridad
con el dolor, el torrente social, y a la vez nos expone en sus trabajos una
mirada sobre el universo escondido por seres lúdicos.
El poeta Pedro Parayma logra cruzar los misterios de
la poesía. Sus metáforas trazan una nostalgia que atraviesa océanos en la que
vive el pez. Su mundo es una multitud, porque va sumergiéndose en la duda del
mundo y cuestiona todo lo que lo rodea. En ese pez hay una poética salvada en
su quehacer que sostiene la vigencia de hacernos cómplices de esta lectura que lleva
a indagar en la escritura de esa reflexiva poesía.
De su libro Palabra
en negro mayor (1992).
MI MADRE
ME INVITO
A oler la comida
que preparaba
a base de orégano,
ají, hierbabuena
y trozos de carne,
cuando hervía
y burbujeaba.
Al aspirar el humo
quedé adormecido
y caí en la gran paila.
Cuando mi padre cenaba
dijo a mi madre,
“El guiso está
exquisito
pero tiene cierto sabor a Pedro”
Mi madre
corrió a ver
el recipiente.
En su fondo encontró
mis calcetines rojos.
Pedro Parayma realizó estudios entre La Universidad
del Zulia, La Universidad de Carabobo y La Universidad de los Andes. Sus
primeros textos datan de 1957, y mucho después es que su trabajo comienza a
publicarse. Este escritor también vino a serun defensor de los poetas
desamparados. Es Pedro Parayma el abogado de los luchadores sociales, de los
escritores, pintores, y de los estudiantes. Un ser único que se movía por todo
el país como un defensor de los derechos ciudadanos.
Parayma es un poeta lleno de mucha sensibilidad. Desde
sus ojos brillantes como un lucero, es callado y muy observador. Muy comedido,
sociable de palabras mágicas, es un pensador que lo va llevando a uno como si
estuviese narrando un fragmento poético que a uno lo pone en la reflexión de
las palabras que van soltando, y que llegan al alma misma de la razón.
Recordando al poeta Octavio Paz, el poeta señala que
hay un “presentimiento de la palabra” antes de forjarse
el poema, y luego viene el silencio; surge entonces el poema y luego otra vez
el silencio, y así el poema será tránsito entre uno y otro silencio.