Mérida, Marzo Viernes 21, 2025, 12:03 pm
El candidato
aspirante a la reelección por el modelo socialista y la revolución bolivariana
propone al pueblo venezolano mantenerse pobre, esclavizado y en muchos casos
indigente por las buenas o por las malas. Tanto él como otros connotados
jerarcas del régimen, abierta y públicamente han gritado a los 4 vientos sin
consideración ni vergüenza alguna, esta consigna indigna ante un país que clama
su salida del poder.
He leído y
escuchado un sin número de grandes profesionales en el área de las ciencias
políticas y jurídicas, en economía, sociología, informática, estadística y
decenas de importantes y prestigiosos comunicadores sociales opinar y
argumentar los posibles escenarios que debemos enfrentar en estos tiempos, para
llegar al proceso electoral presidencial , convocado de manera anticipada, con
una fecha fuera de contexto, que en teoría buscaba descontrolar a la oposición,
pero que evidentemente se ha vuelto en contra de quienes mal gobiernan
por la naturaleza de la realidad inaguantable generada por quien tiene 7 años
prometiendo una recuperación económica que nunca llegó, que empobreció la
sociedad y trajo como consecuencia la migración más alta en la historia del
mundo civilizado, ya calculada en 8 millones de venezolanos a quienes por
cierto se les ha negado su participación para sufragar en venidero proceso
electoral.
Se sustituyó
la democracia y la meritocracia por mentirocracia y el autoritarismo, que
sustentado en la corrupción, la inoperancia, la indolencia y el engaño crearon
un desbalance incontrolable, con la aplicación del control social y el
injerencismo permanente en todas las áreas sociales, políticas y económicas.
Cada
venezolano independientemente del oficio que desempeñe es víctima de sus
gobernantes y autoridades, en teoría elegidos para darles bienestar y
garantizarles sus derechos constitucionales según el pacto social que dio
inicio a esta era de destrucción e involución, que fue la constitución de 1999,
hoy convertida en letra muerta y decenas de veces mal interpretados su
articulado para suprimir sus efectos, para terminar beneficiando a la barbarie,
generando grandes niveles de injusticia e ilegalidad, visibles públicos y
notorios.
Este régimen
a todas luces desviado, distorsionado y esquizofrénico, sin ninguna
cura posible para cambiar los nefastos e intangibles resultados, todos
documentados en estas dos últimas décadas, contrarios y antagónicos al
desarrollo de una nación y el bienestar de su ciudadanía, tienen la osadía de
amenazar a la mayoría del pueblo venezolano, ya cansado, sitiado, confinado,
obstinado y permanentemente humillado, con mantenerse en el poder, por
encima de la voluntad popular, esa que se le atribuyó ser el soporte de
la ilusoria y falsaria quinta república, que mil veces prometió dar la mayor
felicidad posible a los venezolanos, pero que finalmente solo alcanzó para
ofrendarla a una minoría voraz y hamponil, compuesta de connacionales y
extranjeros invasores que saquearon las arcas de la nación.
Desbancados
como estamos todos los venezolanos, tenemos que soportar diariamente la
instaurada e institucionalizada mentirocracia, diaria ejercida por la
oferta malintencionada y nuevamente engañosa del señor Maduro.
El mal
gobierno que ya conocemos por sus efectos nocivos contra la débil y casi
inexistente democracia está entrampado y sin capacidad para solucionar
por ejemplo el problema eléctrico que afecta a la mayoría de las regiones del
país y como lo aseguran los expertos, la capacidad instalada no está en
condiciones de soportar la demanda y predicen que el racionamiento continuará
por mucho tiempo. Sus posibles soluciones, propuestas por profesionales
venezolanos no han sido estudiadas ni consideradas en abierto desinterés de dar
soluciones por diferentes causas, cuyas consecuencias por ahora no
le preocupan al régimen por el costumbrismo y la pasividad que ha asumido
la población ante algo que consideran no está en manos de esta administración
resolver.
Destruyeron
y arruinaron la industria petrolera y tienen casi una década hablando
y vociferando su posible recuperación y tampoco han podido. A lo largo y
ancho del territorio son despojos los que se pueden observar de toda la
infraestructura petrolera y todos quienes administraron el principal recurso
generador de riqueza en el país son hoy prófugos de la justicia o
sometidos por judicialmente por los mayores escándalos de corrupción. Ni hablar
de las industrias de Guayana, que han sufrido igual o peor suerte.
La
vocación de los oficialistas como servidores públicos se transformó en una
función apetecida para el enriquecimiento personal. La militarización de
la administración pública ha tenido una razón justificada por la era
revolucionaria y un resultado nefasto que hoy vemos estupefactos en cada rincón
del país. La politización de la fuerza armada es un acto sin precedentes
que ha liquidado su razón de ser de defender la soberanía y la
constitución para haberse convertido en base de sustento de un modelo fracasado
e inhumano.
El sistema
educativo subsiste a duras penas con grandes fallas en el recurso humano,
profesional administrativo y obrero. Programas de alimentación y transporte
deficientes o inexistentes. Para este sector pareciera que estuviéramos aún en
pandemia, limitaciones severas para el funcionamiento ordinario del sistema
educativo en todos los niveles desde preescolar hasta el universitario que
durante los últimos años decrece en las posibilidades de cumplir sus metas. La
educación pública está considerada de muy baja calidad.
El sistema
de salud está absolutamente colapsado, deserción permanente del recurso humano.
La red hospitalaria y ambulatoria es ineficiente, no se da garantía de
atención. Enfermarse en este país es encontrarse con la cara de la muerte
si no se tienen recursos. Misiones alternativas son actuaciones espasmódicas y
efectistas ante la gran demanda de asistencia y tratamientos médicos que el
estado tampoco está en capacidad de atender y lleva años demostrándolo.
El poder
judicial, la mayoría de los jueces provisorios , incluso algunos
magistrados se han jubilado habiendo mantenido esta condición durante toda su
carrera judicial, la mayoría de los profesionales del derecho que han asumido
vacantes no cumplen los requisitos mínimos para ejercer tamaña responsabilidad,
cientos de alguaciles que en algún momento cursaron sus estudios para lograr
una prima de profesionalización en sus salarios hoy ejercen como jueces en
muchas dependencias judiciales igualmente sin las credenciales suficientes para
impartir justicia. Según los expertos y estudiosos de este fenómeno en
Venezuela expresan que recuperar este sistema judicial bajo los criterios de no
independencia de los poderes y politización del sistema judicial bajo este
modelo político dominante es imposible.
El candidato
oficialista no está en capacidad, ni puede ofrecer recuperar lo que en sus
manos ha militarizado, desmantelado, explosionado o controlado. Nada de lo que
promete le ha dado cumplimiento. Se habituó a cabalgar de promesa en promesa de
anuncio en anuncio donde aprueba recurso, firma puntos de cuenta
permanentemente en público y en cadena nacional en sus programas creados para
mostrar un escenario inexistente e imperceptible de carácter efectista.
Las
instituciones son guaridas de facinerosos. No hay respuesta para los
ciudadanos. Todas son instancias del rebusque, el negociado, la corrupción y
siguen un proceso de desmantelamiento y deterioro imposibles de recuperar en
manos de sus verdugos.
La política
salarial no ha podido ser resuelta en años. Los venezolanos somos esclavos del
sistema socialista. El asalto del régimen a las prestaciones sociales y
desmedro y confiscación absoluta de los beneficios laborales de los
trabajadores es la mayor muestra de decadencia del modelo dominado por quien se
considera y se autoproclama presidente obrero y que asombrosamente pretende
mantener a la nación anclada al subdesarrollo y que utiliza sus riquezas para
invertirlas también en un proyecto ideológico troglodita que muestra
pobreza en todas las regiones donde tiene su radio de acción.
La
infraestructura vial del país es una vergüenza injustificable en una
nación petrolera y todos los días está peor, sin que se vislumbre
algún plan de recuperación real y efectiva.
Con el
control por décadas del sistema bancario y financiero desaparecieron las
diversas formas de crédito y financiamiento que existían en el país, a
los cuales tenían acceso los ciudadanos para generar riqueza y
bienestar. Son años de incidencia gubernamental que liquidaron y
sometieron a las instituciones financieras que hoy subsisten a duras penas bajo
el yugo de la revolución.
Como señalé
al principio de este artículo, todos los expertos de las diferentes áreas
comprometidos con la evaluación política del país, coinciden en la evidente derrota
de Maduro ante la impopularidad y nula gestión de gobierno. Le dan una
fortaleza que está utilizando, que es el control de los poderes y en este caso
los más determinantes el CNE, la fuerza Armada declarada en sus consignas,
revolucionaria y profundamente chavista y el poder Judicial que ha servido de
instrumento ejecutor de medidas para intervenir y controlar el
sistema político aunque decadente aún vigente. Sin embargo el desgaste de la
revolución es indudable y la pérdida del capital político que en un momento
ostentó el difunto presidente Hugo Chávez puesto en manos de maduro decreció
abruptamente. Según cifras oficiales de 8.191.132 votos que le dejó
el difunto presidente en el 2012, Maduro disminuyó proceso tras proceso
hasta llegar 2.110.864 obtenidos en su convocatoria de referéndum consultivo
sobre El Esequibo en el año 2023 es decir perdió 6.080.268 votos
equivalente al 75% del capital heredado en el 2012. Sin posibilidad de
recuperarse ante la grave situación a que llevó al país y la crisis
insostenible y denigrante que padecen la inmensa mayoría de las familias
venezolanas. El oficialismo se prepara para aplicar todo tipo de acciones y
prácticas que en anteriores procesos han aplicado y afinado. Debemos
prepararnos para estos escenarios y otros más. La fórmula para contrarrestar
estas anómalas conductas es con la participación masiva, la unidad nacional
y la defensa del voto: La división y la abstención sólo favorece al
régimen.
Los expertos
y analistas concluyen que esta situación de crisis numérica del oficialismo,
podría llevar a la suspensión del proceso electoral, para ganar algo más de
tiempo ante la imposibilidad de ganar por algún medio impropio el proceso
presidencial .Podrían liquidar por la vía judicial la tarjeta o la candidatura
de la unidad nacional o desconocer los resultados. Finalmente de llegar a
ejecutarse las elecciones el 28 de julio sería producto de un acuerdo que
podría darse en los próximos 60 días, que se sabe está en el tape y no puede
descartarse.
Nada está
dicho, es un juego desigual y complejo. En honor a la verdad debemos
reconocer el esfuerzo que los venezolanos están haciendo para lograr la mayor
unidad posible. Muchos consideran que se han superado las expectativas y
los deseos de cambio permiten que siga creciendo, con la integración de
factores oficialistas y de oposición que progresivamente siguen sumándose
apostándole a la salida de Maduro y el triunfo de la fórmula integrada por el
candidato Edmundo González Urrutia y el liderazgo de María Corina
Machado en la tarjeta de la unidad, la de la manito.
El
venezolano que vive en carne propia los resultados del modelo socialista del
siglo XXI, evidentemente degradado en su condición humana en las últimas 2
décadas, estaría cometiendo un acto desleal contra la patria, su
familia y hacia sí mismo si tuviese la intención de sufragar por el
candidato oficialista o por algún apéndice del esquema de partidos
comprometidos directa o indirectamente con él. No existe justificación alguna
para sustentar un acto de cobardía cediendo al chantaje o presión de los
sectores oficialistas por un salario o alguna prebenda irrisoria. Hermanos
venezolanos hoy llenos de esperanza y con un liderazgo responsable al frente
recuerden nos estamos jugando el destino del país.
Armémonos de
coraje, valentía y compromiso para superar cualquier circunstancia que
trate de secuestrar nuestra voluntad, nuestro voto o nuestra dignidad este 28
julio. El cambio con tu aporte y el de los tuyos está a la vuelta de la
esquina. Con la revolución, Maduro y su heredado socialismo "NO HAY
FUTURO". Tu debilidad será tu condena y la de los tuyos hacia el
futuro.