Mérida, Noviembre Martes 12, 2024, 02:53 am
Padre Santo que has creado al hombre y a la mujer para que, siendo los dos una sola carne y un solo corazón, sean imagen tuya y realicen su misión en el mundo…… tal fue la oración que se escuchó de labios del sacerdote Antonio González en la Basílica de Santa María, la edificación de carácter religiosa más antigua y patrimonio de Alicante, España, para finalizar la Bendición Nupcial diciendo….”Extiende tu mano protectora sobre estos hijos tuyos Arnaldo - Andrea y derrama en sus corazones la gracia del Espíritu Santo”. Así se inició la boda de los hijos de los matrimonios de del Olmo- Opalinski y Rodríguez- Arocha, la mañana de San Lucas cuando el sol del Mediterráneo mostró su brillo infinito como obsequio a los jóvenes venezolanos que con ilusión y amor unieron sus vidas en el nombre de Dios. La Basílica vestida interiormente hace mas de 500 años al estilo Gótico y su fachada de Barroco Español, albergó un ceremonial donde prevalecieron las tradiciones y costumbres de antaño, iniciada por el padre y la madre de los contrayentes, Arnaldo y Ana Beatriz, dos infantes portando las “Arras y los Anillos”, seguidos por el cortejo de jóvenes, después, Gerardo del Olmo, el padre, llevando la contrayente, Andrea hasta el altar, donde el novio Arnaldo la recibió, en compañía de su madre, Adriana Arocha de Rodríguez. Los demás detalles como la música y el coro, la elegancia de los asistentes, los trajes de los contrayentes, descollando la larga y gran cola del vestido de Andrea, la que de acuerdo a la tradición, demuestra su bienestar.
La salida, finalizada la ceremonia, igualmente pomposa, desfilando en sentido contrario a la entrada, finalizándola los novios, que entre el portal de la salida y la plaza, recibieron pétalos de rosas que esparcía el viento, aplausos y el infaltable grito ¡Que Vivan los Novios! De ahí, después de una travesía por el bello Alicante teniendo como testigo y adorno el cielo de la Costa Blanca, al llegar a las hermosas instalaciones de la Finca “Ronesa” se desarrolló la parte social, la que como coctel de bienvenida en sus incomparables jardines, ofreció champang, vinos, zumos y todo lo bueno de los sabores de las tapas de España como: gazpacho, cremas, tartas, ensaladilla, pulpo asado, langostinos, cordero, jamón ibérico y confundido entre todas esas exquisiteces, sin ninguna timidez, brillaron los sabrosos tequeños. Finalizado la recepción, la anfitrionía, que incluía monitores para los pequeños asistentes, convidaron a ingresar al almuerzo, dispuesto en mesas preseleccionadas por los novios y al fondo la mesa principal, los oferentes y contrayentes. Allí se sirvieron raviolis de verduras, presa Ibérica de bellota bañada con vinos, cava y postre de más de mil y una hojas, adornada con la presencia de los novios, Andrea y Arnaldo. En adelante, sonó la “charanga” que se constituyó en la guinda que coronó la celebración, dos agrupaciones musicales que hicieron el deleite de jóvenes y de los no tanto, que lo gozaron con un “open bar” y siempre acompañados de bocatas y pasabocas donde privó la culinaria venezolana, constituída por arepas “Reina Pepeada”, empanadas, tequeños y pasteles. Al final, la “hora loca”, de la que gozaron los que hasta allí, casi al despuntar el alba del nuevo día, pudieron llegar. Nos resta felicitar a la joven pareja, Andrea – Arnaldo, desearles una larga y dichosa vida conyugal, acompañada por los hijos que vendrán y que se constituirán en la prolongación de sus vidas y en ellas las de sus abuelos. Alicante, 21 de Octubre de 2024. NT. CNP 8940
En las fotos la mesa principal, los contrayentes a la salida de la Iglesia y algunas merideñas asistentes a la boda.