Mérida, Marzo Domingo 16, 2025, 06:35 pm
En un mundo tan frío de soledad y
egoísta de sentimientos, se impone a los cristianos la tarea de descubrir un
corazón que es el más grande, tan grande que ha quedado para siempre fuera del
pecho que lo cobijaba, es ¡el Sagrado Corazón de Jesús!
Es por esto que más de 500
docentes de nuestros colegios católicos de la Arquidiócesis de Mérida, convocados en las instalaciones del Colegio
“Inmaculada Concepción”, durante los días 26 y 27 de septiembre, han podido
profundizar sobre esta espiritualidad de la misericordia que nutre y fortalece
la misión de educar según el corazón de Jesús.
Bajo la
dirección de la Vicaría de Pastoral Educativa este V Congreso Arquidiocesano de
Educadores Católicos, viene a responder uno de los más grandes desafíos de la
educación de estos nuevos tiempos: Pasar del pensar al sentir, del papel a la
vida, del decir al hacer, y poner en práctica lo que nos dice Pablo en la Carta
a los Filipenses: “Tengan
entre ustedes los mismos sentimientos de Cristo Jesús” (2, 5).
Formar
nuestros alumnos desde la vía que nos propone la fe, supone todo un cambio de
paradigma, como bien lo señaló nuestro Arzobispo Metropolitano, Mons.
Helizandro Terán Bermúdez, en sus palabras de apertura, pues se trata de “la Educación desde el Evangelio”.
Tres
fueron las ponencias principales del Congreso educativo, la primera, bajo el
título: “Educadores y Pastores desde el Pacto Educativo Global”, del Padre
Francisco Méndez, Presidente de la Asociación Venezolana de Educación Católica
(AVEC), nos ayudó a encontrar herramientas útiles para asumir el compromiso del
paso de una sociedad sólida a una líquida, donde todo es relativo, formando
ciudadanos íntegros e integrales a la sociedad.
Por
su parte, el Dr. Jesús Egberto Espinoza, profesor universitario, nos ofreció una
mirada introspectiva sobre la planificación y evaluación educativa, más allá de
evaluar contenidos, tenemos el reto de discernir y juzgar nuestro desempeño que
permita el crecimiento integral.
Además
de la conferencia del Lic. Mateo Colmenares Aguilera, con su disertación “Del corazón
al aula: Transformando vidas con la pedagogía preventiva”. La importancia de
corregir a tiempo, en ambientes educativos de confianza y cercanía, para evitar
centros de reclusión.
Por
otra parte, se compartieron 10 mesas de trabajo que reflexionaron los
siguientes temas: El equipo de gestión en clave pastoral; planificación y evaluación
para el reconocimiento; liderazgo de Jesús desde el camino de Emaús; educación
en sinodalidad y pacto global educativo; la pedagogía de Jesús; sanar desde el
servicio; liderazgo docente según el corazón de Jesús; planificación con una
mirada puesta en el maestro; dimensión ecológica del pacto global educativo y
educación; y catequesis, el corazón de la Iglesia.
Como
formadores que se alimentan de la fe, no pudieron faltar los momentos de
oración en el Congreso, como el acto de apertura con la entrada de la imagen de
nuestra Patrona la Virgen de la Inmaculada, con la meditación del tiempo de la
creación, en la que María es la figura de la nueva creación en la que todos
estamos llamados a participar. Junto a la adoración eucarística el jueves y la
eucaristía de clausura a cargo de nuestro Arzobispo.
Queda el enorme
reto de asumir la tarea de educar con la conciencia que todas las personas somos seres creados en relación, lo que
significa que tenemos la capacidad de entrar en relación personal entre
nosotros y con nuestro Creador. Por eso, siempre la espiritualidad cristiana es
una propuesta universal y abierta a construir relaciones vivas, fecundas,
reflejo de la comunión filial entre la creatura y el Creador. Una relación
de corazón a Corazón, sabiendo
que esta misión no puede llevarse a cabo al margen de un desarrollo integral de
la persona, y ese desarrollo no puede efectuarse de forma plena si excluye la
dimensión espiritual.
Recordemos la
iniciativa del conocido Pacto Educativo Global en el año 2019, el Papa
Francisco deja clara la senda “para reavivar el compromiso por y con las
jóvenes generaciones, renovando la pasión por una educación más abierta e
incluyente, capaz de la escucha paciente, del diálogo constructivo y de la
mutua comprensión. Se trata de unir los esfuerzos por una alianza educativa
amplia para formar personas maduras, capaces de superar fragmentaciones y
contraposiciones y reconstruir el tejido de las relaciones por una humanidad
más fraterna”.
Mérida, 29 de
septiembre de 2024